
Aranburu deja unas cuentas públicas “saneadas”, con la deuda controlada, sin déficit presupuestario y una mejora en la recaudación que ha permitido cumplir los criterios de estabilidad fijados desde Madrid, pero también atender la mejora de las prestaciones públicas que reclamaba el acuerdo programático del cuatripartito. “Hemos conseguido revertir la situación”, celebra Aranburu, que defiende la independencia de la Hacienda Foral y que invita a su sucesor, o sucesora, a confiar en la gente de la casa. (klik egin-ver más)
Diario de Noticias
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