Milton Friedman sostenía que la libertad era una planta “rara y delicada” a la que había que mimar. Es probable que al rigor económico le suceda algo parecido. Es un bien -a veces escaso- que habría que proteger de sus detractores. Sobre todo, cuando se cruza por medio la propaganda disfrazada de política, lo que explica, por ejemplo, las interpretaciones que se han hecho en los últimos días sobre el sorpaso que ha realizado la Comunidad de Madrid a Cataluña en términos de contabilidad regional.
Es decir, el instrumento que utilizan los economistas para medir el volumen de riqueza generado por un territorio durante un periodo determinado, normalmente, un trimestre o un año.
Como se sabe, el Instituto Nacional de Estadística ha estimado que en 2018 el PIB de Madrid se situó en 230.794 millones de euros, lo que supone el 19,2% del conjunto de España. Es decir, por encima de los 228.682 millones de euros de Cataluña, cifra que equivale al 19% del PIB del conjunto del Estado. Desde 2013 no sucedía algo parecido, que Madrid, con casi un millón de habitantes menos, fuera más grande que Cataluña en términos económicos. (klik egin-ver más)
Carlos Sánchez, en El Confidencial
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