En un Burger King del madrileño Barrio del Pilar, un grupo de menores engulle el habitual menú whopper con patatas y bebida, mientras a sus pies descansan unas bolsas verdes que ocultan, sin mucho éxito, botellas de ron y de vodka. Su conversación les delata; las hamburguesas son el tentempié previo al botellón que van a realizar en el parque de La Vaguada, el más grande de la zona, con recovecos para esconderse de las autoridades.
Seguro que, más o menos incisivos, los padres de los muchachos les habrán advertido sobre los riesgos del alcohol, pero es menos probable que haya habido una charla en torno a las casi 1.500 calorías que han ingerido en cuestión de minutos, sin contar los aditivos y conservantes de propina. (klik egin-ver más)
José Carmona, en Público
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