EL PITILLÉS CADENA Y ELETA, UN OBISPO ANTIEUSKALDUN

Ayer 3 de febrero se cumplieron 110 años, como recuerda el calendario de Argia, de la prohibición por parte del obispo de Vitoria-Gasteiz de bautizar con nombre euskérico a los niños y niñas del territorio alavés. La reacción de muchos padres ante tal arbitrariedad fue la de no bautizar a sus hijos.

El obispo en cuestión no era otro que José Cadena y Eleta, nacido en Pitillas en 1855. Siendo rector del seminario de Ávila, en 1901 fue promovido a obispo de Segovia y tres años más tarde pasó a serlo de Gasteiz, donde estuvo 9 años, tras los que fue nombrado arzobispo de Burgos, ciudad en la que murió en 1918. Además de sus cargos religiosos, fue también senador en diferentes legislaturas, al principio en representación de la Iglesia, adquiriendo después la categoría de senador vitalicio. 

Siendo obispo de Gasteiz mandó construir en Pitillas, además del colegio-convento de San José al cargo de las Jesuitinas,  un elegante palacio para su disfrute personal y el de su familia, conocido hoy en día por "el Palacio del Obispo", construido por el prestigioso arquitecto Julián Apraiz Ambos edificios se inauguraron en 1909. Todavía hoy es titular de calles en Gasteiz, Burgos y Segovia.

Cadena y Eleta se distinguió por su talante integrista, conservador y centralizador en la línea de Cánovas, enfrentado al carlismo y al nacionalismo. Sobre esta última ideología manifestaba: "si por el momento sirven para halagar la imaginación de la juventud, a la larga han de entenebrecer su existencia y corromper su corazón”