Bolivia vuelve a significar aire fresco para la izquierda latinoamericana. Lo significó también el año pasado, pero la alegría entonces le duró poco al Movimiento al Socialismo de Evo Morales: una maniobra de la Organización de Estados Americanos (OEA) construyó un supuesto fraude electoral en las elecciones presidenciales de 2019, y acto seguido llegaron los militares y las élites. La respuesta de Morales (exiliado) y los suyos, liderados por Lucho Arce y David Choquehuanca ha sido contundente: una victoria más solvente todavía. (klik egin-ver más)
Público
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