El depósito de agua, el lavadero, la base de la torre de vigilancia, restos del muro perimetral y un pequeño edificio, que correspondería a la caseta de los guardias, es lo único que queda en pie del campo de concentración que se mantuvo operativo en Miranda de Ebro de 1937 a 1947, a caballo entre la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial, y por el que pasaron unas 65.000 personas.
El 13 de enero de 1947, el campo de concentración cerró sus puertas, dejado atrás una década de horror, y tras haberse convertido en el campo con el periodo de vida más extenso de todos los que hubo en España. Y es que en nuestro país también hubo campos de concentración, una parte de nuestra historia desconocida para la mayoría de la sociedad, y que debe recordarse para que no se repita. (klik egin-ver más)
Patricia Carro, en burgosconecta.es
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