Esta noche ha comenzado la campaña electoral vasca. Como todo el mundo ya sabía, por primera vez estará ausente la constelación de Batasuna. Y como consecuencia de ello, por primera vez la suma de los partidos que se oponen a la autodeterminación tiene opciones serias de ocupar la mayoría de la cámara. Aunque las declaraciones de Ainhoa Etxaide, secretaria general de LAB, segura de que la izquierda abertzale formulará su oferta electoral, dejen en el aire una incógnita importante.. Porque no tiene los mismos efectos que pidan el voto nulo que la abstención. Como no sería lo mismo que pidiesen el voto de mal menor para alguna otra opción abertzale, posibilidad practicamente descartada en principio.
También se ha hecho pública la encuesta del CIS. Faltan todavía muchos días y las opiniones coinciden en que el desarrollo de la campaña será esta vez más determinante que nunca, pero esta es una encuesta que nunca hay que menospreciar, porque tienen todos los medios. En las elecciones del 2001 clavaron los resultados pero como no le interesaba al gobierno central, entonces en manos de Aznar, no los hicieron públicos. No hay una gran desviación de esta encuesta respecto a la que dio a conocer Público el fin de semana. Ambos medios son de influencia gubernamental. Aquí la neutralidad no existe. Todo aquel que publica los resultados de una encuesta lo hace con intención de influir de una u otra manera en el comportamiento del elector. Algunos asocian el anuncio del hundimiento del PP con el deseo de concentrar el voto constitucionalista en torno al PSE y por el contrario los buenos augurios para las opciones abertzales minoritarias con el intento de dispersar el voto abertzale. Otros pronostican con certeza un gobierno PNV-PSE, en el que la única duda sería quién lo va a liderar. Según esta perspectiva, dependería de la diferencia que el primero saque al segundo y de la suma de cada uno de los bloques identitarios. En cualquier caso, la batalla está servida. Nos esperan dos largas semanas de tensión y de liturgia electoral. Aquí estaremos.
También se ha hecho pública la encuesta del CIS. Faltan todavía muchos días y las opiniones coinciden en que el desarrollo de la campaña será esta vez más determinante que nunca, pero esta es una encuesta que nunca hay que menospreciar, porque tienen todos los medios. En las elecciones del 2001 clavaron los resultados pero como no le interesaba al gobierno central, entonces en manos de Aznar, no los hicieron públicos. No hay una gran desviación de esta encuesta respecto a la que dio a conocer Público el fin de semana. Ambos medios son de influencia gubernamental. Aquí la neutralidad no existe. Todo aquel que publica los resultados de una encuesta lo hace con intención de influir de una u otra manera en el comportamiento del elector. Algunos asocian el anuncio del hundimiento del PP con el deseo de concentrar el voto constitucionalista en torno al PSE y por el contrario los buenos augurios para las opciones abertzales minoritarias con el intento de dispersar el voto abertzale. Otros pronostican con certeza un gobierno PNV-PSE, en el que la única duda sería quién lo va a liderar. Según esta perspectiva, dependería de la diferencia que el primero saque al segundo y de la suma de cada uno de los bloques identitarios. En cualquier caso, la batalla está servida. Nos esperan dos largas semanas de tensión y de liturgia electoral. Aquí estaremos.
Praxku
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