Aunque la historia cuenta que el clero apoyó al bando nacional durante la Guerra Civil, la historia no siempre es fiel a la verdad principalmente cuando se generaliza. Jesús Equiza pretende mostrar cómo muchos sacerdotes navarros, en torno a 400 clérigos, fueron perseguidos entonces por defender a sus parroquianos. No sólo eso, sino que cinco fueron asesinados (Eladio Celaya, Santiago Lucus, José Otano, Victorino Aranguren y Pedro Martínez) y a otros ocho se les condenó a muerte, pena que finalmente no cumplieron por diversas circunstancias.
¿Cómo surge la idea de publicar esta historia?
Por un lado había mucha gente que me pedía que diese a conocer que la rehabilitación de los fusilados en la guerra ya la realizamos a finales de los 70 y principios de los 80. Ahora está habiendo mucho movimiento con el asunto de la memoria histórica por parte de los nietos de las víctimas, lo que llamo la segunda fase de la rehabilitación. Lo malo es que nosotros ya realizamos esa rehabilitación de la mayor parte de las víctimas hace 30 años y, aunque estoy de acuerdo en que sigan recordándolos, no entiendo porqué tienen que obviar lo que nosotros realizamos entonces. Además, también quería dejar claro que el clero navarro defendió, al menos la gran mayoría, a su pueblo y no los delató o formaron parte de las Juntas Locales de Guerra como algunos han querido hacernos creer. (klik egin-ver más)
Rubén Acosta, en Diario de Noticias
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