La ola de la rebelión popular sigue extendiéndose por el mundo árabe, pero las brutales respuestas del régimen en Libia y Bahrein han demostrado que los manifestantes que demandan libertad y democracia no tienen, de ninguna manera, el éxito asegurado. Es difícil predecir qué dirección tomarán finalmente los acontecimientos, si lo harán hacia la plaza cairota de Tahrir -escenario y símbolo de una victoria popular- o hacia la plaza Tiananmen -con el Ejército chino tomándola a sangre y fuego, causando una masacre-. Pero a tenor de los datos que van llegando desde Libia, donde nadie puede hacer una llamada teléfonica internacional ni acceder a Internet, el Ejército y las milicias pro Gadafi están disparando a la multitud en funerales, con un balance de muertos que supera ya los dos centenares. (klik egin-ver más) Editorial de GARA
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