Habla Francisco Luzón: “Cuando miro a mi alrededor, incluso hoy, en medio de esta terrible crisis económica, no puedo dejar de reconocer que como persona y como país hemos llegado donde jamás soñamos que podíamos llegar”. La frase pertenece al discurso que ese ejecutivo del Banco de Santander pronunció ante sus paisanos de El Cañavate (Cuenca) hace cuatro meses, cuando pusieron su nombre –calle de Paco Luzón– a la rúa donde nació. Ahora Luzón ha aportado su grano de arena a la alarma social por las indemnizaciones millonarias que se llevan los banqueros. A sus 64 se retira con una bolsa en concepto de jubilación de 56 millones de euros, 9.312,8 millones de las antiguas pesetas. La cifra supera en cuatro millones la que se llevó el directivo Richard S Fuld de Lehman Brothers. El conquense se suma así a la ristra de honorables ejecutivos de bancos y cajas de ahorros que en plena crisis financiera y económica desaparecen con cantidades millonarias en un país de “traspellaos” (paraos y hambrientos), como dirían en su pueblo. Es verdad que la sólida entidad privada que preside Emilio Botín y tiene de número dos al penúltimo indultado del Gobierno de Rodríguez Zapatero, Alfredo Sáenz, sólo responde ante los accionistas y que las indemnizaciones millonarias son un asunto privado. (klik egin-ver más)Luis Díez, en Cuarto Poder
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