Aún con la doble duda de si habrá candidatura alternativa a la secretaría general del PSN y de quién la encabezará en tal supuesto, yerran quienes en el hervidero socialista siguen reduciendo la cuestión a Jiménez sí, Jiménez no. Ya que el ascenso del pitillés al liderazgo y su ejecutoria posterior no serían la enfermedad sino en todo caso sus síntomas. Y es que, con un proyecto nítido y coherente, la impronta de quien lo encarnase resultaría un valor añadido, no la evidencia de su depreciación. Lo primero pues que debe clarificar el conjunto del PSN, a poder ser con la cúpula del PSOE, es su propia naturaleza, porque ya transita en la buena dirección si se renuncia a sustituir a UPN en la presidencia foral. Pero, si ese relevo fuera el objetivo al menos a medio plazo, la regeneración se va antojando más urgente que necesaria para dotar a la sociedad de un verdadero instrumento con el que gobernar Navarra desde un afán reformista, incompatible con ostentar el poder a cualquier precio esgrimiendo una concepción utilitarista de la sigla, por apolítica en tanto que desideologizada. A partir de ese rearme programático, el PSN debería refrescar la organización para investir de credibilidad al nuevo discurso, la premisa para seducir al electorado menor de 40 años, muy a la baja entre sus filas, y especialmente al pamplonés, tan minorizado como que alcanza solo para tres de los 27 escaños del consistorio. El tiempo corre en contra del PSN, cuyas expectativas presidenciales pueden volatilizarse definitivamente ante la creciente polarización política si tarda en virar. Sea con Jiménez o con quien le suceda.
Víctor Goñi, en Diario de Noticias
No hay comentarios:
Publicar un comentario