domingo, 23 de septiembre de 2012

EXPOLIO

En el marco de la polémica de Donapea, últimamente he leído y escuchado a mucha gente eso de que "Yo no tengo nada en contra del Opus, pero...". Si el Opus Dei fuese un grupo dedicado a la papiroflexia, la filatelia o la protección de la rana bermeja, yo tampoco tendría nada en su contra. Pero se da la circunstancia de que el Opus Dei es un grupo dedicado a expandir la doctrina fundamentalista católica. Un grupo que, infiltrándose sistemáticamente en instituciones públicas y otros centros de poder, intenta imponer su moral fundamentalista al conjunto de la sociedad. Un grupo que quiere coartar las libertades de la sociedad en general y por lo tanto las mías en particular. Y que además expolia Navarra y por lo tanto a mí. Un grupo que está en mi contra. Por lo que yo, consecuentemente y por simple autodefensa, estoy en su contra. El Opus Dei no nació ayer, limpio de polvo y paja, libre de pecado. Nació anteayer, en tiempos de Franco, dictador del que el fundador de la obra, el santo y marqués Escrivá, fue director espiritual. Una dictadura de cuyos cuadros de mando formaron parte numerarios y supernumerarios del Opus Dei como Carrero Blanco. Qué casualidad. Fue precisamente Carrero Blanco quien, como presidente del Consejo de Ministros de Franco, ordenó al Ayuntamiento de Pamplona, allá por 1967, expropiar terrenos por valor de 500 millones de pesetas para acto seguido cedérselos gratis a la universidad del Opus. (klik egin-ver más)
Juan Kruz Lakasta, en Diario de Noticias

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