A veces ocurre que, cuando estás en plena tarea, construyendo una
ficción, te invade la sensación de que lo importante está ocurriendo
fuera, algo mucho más poderoso que la historia que tú estás creando con
mimo y obsesión. Es cierto que el ser humano contemporáneo necesita una
dosis diaria de ficción, sin la que no sabría vivir, pero también es
cierto que en muchas ocasiones los rugidos de la realidad que atraviesan
nuestras televisiones y las pantallas de nuestros ordenadores son tan
potentes que te dejan sin aliento y con la sensación de que una película
es algo insignificante comparado con ellos. Me ocurrió el martes
mientras montaba la mía y un impresionante tsunami ciudadano bramaba en la Plaza de Neptuno
por su derecho a disentir con los políticos que dicen representarles,
reunidos a la sazón en el Congreso. Los gritos de esta marea, cercada y
en ocasiones apaleada y arrastrada por los 1.300 policías en la Plaza de
Neptuno, han llenado las primeras páginas de todos los periódicos del
mundo pero no han conseguido hacer vibrar el tímpano de Mariano Rajoy, en sus días neoyorquinos.
En su conferencia en la American Society/Council of the Americas, Rajoy
ha vuelto a editar la realidad a su antojo, agradeciendo desde Nueva
York a "la mayoría silenciosa de los españoles que no se manifiesta". (klik egin-ver más)
Pedro Almodóvar, director, guionista y productor
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