La trágica muerte de Iñaki Lejarreta, por la significatividad del fallecido y de su familia, ha sacudido a todo el mundo del ciclismo. Pero también, por sus circunstancias, ha conmocionado a cualquiera que acostumbre a circular en bicicleta por vías interurbanas. Embestido por detrás en su misma Iurreta, cerca de su casa y por donde entrenaba habitualmente. ¿Qué tendrá que ocurrir finalmente para que se imponga una voluntad generalizada por evitar que suceda con tanta frecuencia lo que en otros países, como Holanda, Suiza o Bélgica, resulta inimaginable?
Y no se trata principalmente de infraestructuras, que también, sino de respeto a la normativa. ¿Cuántas denuncias se registran al año por adelantar a ciclistas a una distancia inferior a metro y medio? Y se trata de cultura y de respeto por la vida humana. Por las cunetas no circulan estorbos, sino personas vulnerables que ejercen su derecho a la utilización de la vía con toda legitimidad.
Praxku
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