Después de más de veinte años de trabajo como periodista, la madre de todas las crisis me dejó por fin varado en medio de un páramo. Sin derecho a prestaciones -en mi último empleo trabajé como autónomo para una asociación sin ánimo de lucro que editaba un periódico, y que tras dos años y medio de leal dedicación, me dio una mala patada, que yo recibí también sin ánimo ni lucro- y con la cuenta del banco cada vez menos corriente, acepté un empleo como auxiliar de organización (como denominan eufemísticamente las empresas de seguridad privada a los trabajadores sin cualificar que apoyan sus servicios) en un hipermercado situado en una ciudad del sur de Madrid. (klik egin-ver más)
Ildefonso García (en Números Rojos)
Ildefonso García (en Números Rojos)
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