Esto, aún cuando no es nuevo, no tiene nada de normal. Y lamentablemente, no es a esta anormalidad a la que alude en el vídeo el alcalde de Iruña. Se puede comprender, gustos aparte, que algunas personas se tomen en fiestas licencias para realizar exhibiciones a las que no se prestarían habitualmente, pero eso no autoriza a nadie a disponer sin permiso del cuerpo de los demás. Que nadie diga que una cosa lleva a la otra, ni siquiera como eximente. Estas imágenes representan la gran vergüenza de los Sanfermines.
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