El enfrentamiento político entre los dos grandes partidos se ha mantenido por ahora al margen del accidente del tren de Santiago. Y seguirá siendo así en los próximos días. El Gobierno y el principal partido de la oposición han acordado no convertir la tragedia del Alvia en nuevo motivo de confrontación política. PP y PSOE creen que la sociedad no entendería un intercambio de acusaciones sobre su presunta responsabilidad en el siniestro y presienten que un cruce de argumentos acabaría perjudicando en realidad a ambas formaciones por la historia reciente de la línea de alta velocidad Ourense-A Coruña, el tramo en el que se produjo el fatídico descarrilamiento. (klik egin-ver más)
José María Olmo, en El Confidencial
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