“¿Pero esto solo pasa en Lugo? ¿Solo se quitan multas en Lugo?”, se preguntaba públicamente hace menos de dos años el alcalde de la primera ciudad de Galicia en la que la justicia empezó a levantar las alfombras de los despachos oficiales. Como él aventuraba en su defensa, aquel primer escándalo que descubrió en 2009 que funcionarios y responsables políticos hacían desaparecer las sanciones de tráfico de sus amigos y familiares, era apenas una pelusa de polvo. Lo que ha destapado ahora la investigación judicial del caso Pokémon es una bien engrasada maquinaria de favores en las entrañas de cuatro ciudades —Santiago, A Coruña, Ourense y Lugo— que han alternado gobiernos de PP y PSOE. (klik egin-ver más)
Sonia Vizoso, en El País
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