Una oficina bancaria en el complejo hospitalario. Si fuera hoy 28 de diciembre creería que se trata de una inocentada, pero no, hoy es 21 abril y ésta es una noticia cierta que refleja muy bien hacia que modelo de asistencia sanitaria nos están llevando, a aquel en el que todo tiene un precio que hay que pagar o mejor dicho repagar, por eso mejor tener el dinero cerca, quien lo tenga, y el que no que se espere. Y es que no puede haber otra interpretación tras la última reforma sanitaria que se nos impuso a los ciudadanos como la única manera de salvar el sistema público de salud. Ahora, dos años después, lo que ha conseguido la reforma es justo lo contrario: la salud ha dejado de ser un derecho, ha perdido su carácter de universalidad, crecen los colectivos excluidos del sistema y aumentan los casos de desatención, se disparan las listas de espera y los pensionistas, que jamás habían puesto un euro de su bolsillo para repagar lo que ya pagaban con sus impuestos, tienen que abonar parte de los medicamentos. Y queda todavía la idea de multar a quien, según ellos, haga un mal uso de la sanidad. Normal que con todo esto quieran poner bancos en lugar de camas y obligarnos así a sacar dinero para pagar el aparcamiento, los medicamentos, las operaciones y hasta si vamos a urgencias sin tener que haber ido. Increíble e indecente.
Alicia Ezker, en Diario de Noticias
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