Entre aguas turbulentas y arenas movedizas, hay quienes creen que los socialistas han entrado en pánico pero todos los indicios apuntan a que se lo están tomando con tanta calma como la orquesta del Titanic. Podrían haber optado por la refundación, esto es, la ruptura con su pasado inmediato y la enunciación de una nueva utopía. Sin embargo, como viene siendo su tradición desde los años 80, han elegido el lenguaje de la reforma. La duda estriba –y ellos lo saben—en si ese cambio en los rostros y en los gestos puede frenar la decepción de su electorado. (klik egin-ver más)
Juan José Téllez, en Público
No hay comentarios:
Publicar un comentario