Durante 34 años, Jordi Pujol i Soley y su familia más directa han estado engañando al fisco —y en consecuencia, a la ciudadanía—, según reconoció ayer en un comunicado. El fraude —habrá que ver su eventual calificación jurídica, sea falta, sea delito— es inaudito, doloroso y sangrante para las ciudadanos que confiaron en él, en su autoridad y en su gestión.
Este no es el caso de un ex: alguien que estuvo en la política y ya no está. Se trata del fundador de Convergència Democràtica (el principal partido de Cataluña), expresidente de la Generalitat y hombre clave de la política española desde mucho antes de la Transición. (klik egin-ver más)
El País
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