Quiero explicar cosas que no saldrán en los periódicos ni en la tele. Necesito gritarlo a los cuatro vientos, porque mi corazón está muy triste, mucho.
Nunca había tenido un sentimiento tan fuerte como este, porque no es racional, no viene de algo que ves que tiene que pasar o que forma parte de la vida. Viene de otro sitio que no soy capaz ni de describir.
Estos niños eran niños como todos. Como mis hijos, eran niños de Ripoll. Como aquel que puedes ver jugar en la plaza, o el que carga una mochila enorme de libros, el que te saluda y te dejar pasar ante la cola del super, el que se pone nervioso cuando le sonríe una chica. (klik egin-ver más)
Raquel, educadora social en Ripoll (en La Vanguardia)
Y sin embargo lo que más me ha impactado nadie comenta: esas madres condenando públicamente lo que supuestamente sus hijos estaban haciendo junto a quienes los iban a matar: ¿quién haría tal cosa de nosotros y cuánto dolor y valor hay que padecer y tener para hacer tal acto? Si, las televisiones carroñeras, lo dicen sin descanso: “hasta los padres están con nosotros y contra sus hijos porque tenemos razón, porque somos el bien” MENTIRA MENTIRA MENTIRA. No han salido esas madres desgarradas de dolor a justificar el expolio occidental, la geopolítica criminal, los intereses ocultos de estados…. Han salido a pedir, a rogar, a clamar: QUE NO MATEN A SUS HIJOS… Que por favor les perdonen la vida. Que los detengan, que les condenen, pero que no les maten: eso es lo que pedían cuando se manifestaban “contra el terrorismo” junto con los verdugos de la justicia. Pero no lo han hecho. Los han matado sin miramiento. ¿Para qué tenemos policía de “elite”, cuerpos especiales y toda esa propaganda de superhombres de la ley y el orden si son incapaces entre muchos de dejar con vida a un solo hombre, en este caso, joven adolescente?
ResponderEliminarNo nos acordamos de Noruega, año 2011, 77 muertos a manos de un yihadista cristiano, blanco, oriundo, de clase media alta, católico: Anders Behing… Fue capturado vivo, juzgado y sentenciado. Olvidamos que las víctimas ni son más ni sufren más ni merecen más… porque las hayan matado bajo esa gran mentira llamada “terrorismo”. Porque el terrorismo no es ninguna ideología y todas las ideologías hoy imperante han ejercido en algún momento “el terrorismo”. Terror causa cualquier violencia, hasta la legitima. No hay ninguna diferencia para los familiares, en dolor y desolación, los muertos en Ramblas que esa otra muerta por negligencia o accidente en ese hospital sevillano al ser atrapada con la camilla en el ascensor. Que nuestros gobernantes hagan discriminación de víctimas por el componente ideológico que los verdugos representan, nos demuestra la hipocresía y el cinismo que hay detrás de eso que se llama “terrorismo”. Y lo que es peor: esa presencia y prebendas que se les concede a unas y a otras no. No hay que olvidar que los que siempre corren a colocarse delante de “las víctimas del terrorismo” son los mismos responsables y cómplice de que aquí las cunetas sigan llenas y las víctimas del terror del Estado signa sin ser reconocidas. Y están sin reconocer y las cunetas llenas por algo que nos debería preocupar mucho más que el “terrorismo yihadistas”: porque quienes son los responsables de todo ello, son los verdugos y siguen impunes.
Los mossos y el gover catalá deberían ir donde estas madres desoladas y pedirles perdón por no haber podido detener con vida a sus hijos, porque medios tenían y de sobra. Todo ello sin olvidar que estos últimos años, la policía autonómica ha estado inmersa en muchos casos de muerte y violencia contra los ciudadanos que han costado años y años aclarar en sede judicial o todavía están irresolutos. Así pues, no olvidemos que la versión policial hay que corroborarla ante un tribunal donde todas las partes deben tener las mismas oportunidades, cuando quien mata es la policía y cuando quien mata son los yihadistas, porque las víctimas merecen el mismos trato y ley.