domingo, 11 de febrero de 2018

OCURRIÓ EN LARRAGA

Pudo ocurrir en Auschwitz, pero ocurrió en Larraga, en Navarra. Y pudo llamarse Amira, Batia o Eliora, pero se llamaba Maravillas. Pudieron secuestrarla y violarla las Waffen-SS pero lo hicieron una cuadrilla de fascistas de pueblo cargados de vino peleón. Su asesinato bastardo pudo haberse redimido con un juicio como el de Nuremberg. Pero aquí, aquel matadero levantado en 1936, solo ha sido juzgado por los hijos del silencio. Y ha habido que esperar años para curar la anemia del tiempo. Ahora solo falta encontrar a los culpables. Aunque estén bajo tierra. Para acabar con este carnaval desprovisto de máscaras.
Paco Roda, en su página de Facebook

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