
La excusa ha sido la demanda de justicia para Germán Rodriguez y los heridos de aquellos sanfermines de 1978. La Policía española intenta forzar un procedimiento contra los que pusieron en fachadas y balcones pancartas denunciando que la cargas de los grises de aquel año, en las que murió Rodríguez y hubo 11 heridos de bala, fueron un crimen de Estado.
El atestado policial es pura filfa. No hay caso o, al menos, resulta dudoso que un juez se avenga a abrir diligencias, según las fuentes consultadas por este periódico. Por eso la Policía no ha remitido las indagaciones a ningún juez. Frente a ello, optó por vestir de gravedad al caso llamando a los propietarios de los pisos a declarar a Chinchilla. Todos dijeron que no. Finalmente, una pareja aceptó después de que los policías insistieran por teléfono de que solo les llamaban «en calidad de testigos».
Aritz Intxusta, en GARA
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