Me prometí a mí mismo no escribir sobre el PSN, pero tras lo del sábado no me apetecía no compartir con ustedes un par de ideas al respecto. La primera es la constatación de que, salvo para unos pocos de sus votantes, el PSN hace lo que dice que va a hacer y que hace lo que tiene que hacer. Esto es, el PSN no traiciona a sus votantes: hace lo que les dice que irá a hacer. Por supuesto, traiciona las expectativas -mejor dicho, las ilusiones, aunque ilusionarse con el PSN es como ilusionarse con ganar el Tour: es irreal -que sobre el PSN se hacen quienes no son sus votantes, pero eso al PSN se la trae floja. El PSN es en la práctica una mímesis de UPN con apenas 2 o 3 diferencias en cuanto a cuestiones morales y poco más. Y es, en definitiva, un caladero de votos de muchas personas que creen que votando socialista no son derecha, lo cual es un misterio insondable pero así es. La otra cosa que me gustaría comentar es que para que gobierne Navarra el PSN sin haber hecho por ahora nada a nivel municipal por favorecer a esos partidos con los que podría colaborar en ese gobierno prefiero sinceramente que se vaya a una repetición de elecciones o que el PSN se tenga que retratar y que gobierne Navarra Suma con su abstención, porque lo que no es tolerable es que con el 20% de los votos te quieras comer todos los pasteles, negárselos a los demás salvo a la derecha y encima ir de chulito playero por la vida. El PSN, fiel a su arrogancia histórica, es capaz de estar haciendo todo este paripé de contactos para que finalmente acabe en nada y echar la culpa a los demás de su absoluto e histórico entreguismo al status quo. Las declaraciones de Esporrín son un ejemplo de ello, donde acusaba a los demás de no haberle votado y, eso sí, reconocía no haber hablado con nadie. Hombre, eras la 3ª, no hablas con nadie, ¿qué esperas de la película? Son así, siempre lo han sido, no hay más.
Jorge Nagore, en Diario de Noticias
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