La madre de Maravillas y esposa del ugetista Vicente Lamberto, asesinado casi a la par que su hija, recaló como criada en Olite/Erriberri poco después de los macabros sucesos unidos a la persecución de los republicanos ragueses. De estatura baja y con gafas, con un aspecto parecido a su otra hija Josefina, Paulina pasó los primeros años de trabajo en la casa de una mujer soltera que vivía en un edificio frente de la Bodega Cooperativa Olitense.
“Era muy callada y discreta”, recuerda una vecina que entonces era una niña. “Cuando murió la señora pasó a servir al convento de las monjas cerradas”, en el monasterio de las Clarisas, donde la acogieron.
“Cuánto tuvo que pasar aquella mujerica y cuanto calló en Olite”, dice a la vez que no recuerda cuántos años estuvo en el convento y a dónde fue a parar después, si bien hila que su hija superviviente, Josefina, también acabó monja, aunque esa es otra historia ...
El Olitense
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