El monumental escándalo de las inmatriculaciones de la Iglesia, propiciadas por el PP y blindadas por el PSOE, va para largo. No estamos en Francia o Alemania. Ni siquiera en Portugal, donde es impensable lo ocurrido aquí. Las inmatriculaciones son producto “made in Spain”, porque la esencia de su Iglesia responde al Estado retrógrado, oscurantista y corrupto que -salvo breves primaveras republicanas- le ha permitido hacer cuanto quiere a lo largo de la Historia. (klik egin-ver más)
Josemari Esparza Zabalegui
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