Los más mayores aún recuerdan la génesis de la OTAN, su naturaleza esencialmente anticomunista y la primera vez que intervino unilateralmente en la guerra de Kosovo. Las nuevas generaciones, en cambio, carecen de esas referencias. No saben muy bien a qué se dedica la Alianza y desconocen los supuestos beneficios que aporta a sus Estados miembros. La teoría dice que se trata de un pacto militar para garantizar la estabilidad mundial. La práctica desmiente esa idea: tras 20 años de intervención en Afganistán, las tropas de EEUU y sus aliados dejan un país sumido en la inestabilidad más absoluta. (klik egin-ver más)
Miguel Fernández Ibáñez, en La Marea
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