Islandia era, hasta hace poco más de un año, uno de los países más prósperos del mundo. Tercer país del mundo según el Índice de Desarrollo Humano y entre los 20 primeros según su renta per cápita. Pero la crisis financiera rompió con el sueño de los islandeses y la quiebra de los tres principales bancos del país los adentró en una pesadilla de recesión, paro, pérdida de capacidad adquisitiva y deudas. Entre estas últimos destaca el “deuda externa” que el Estado islandés ha reconocido tener con el Reino Unido y los Países Bajos y que estos últimos días ha hecho correr ríos de tinta a los diarios económicos. (klik egin-ver más)
Iolanda Fresnillo, Observatorio de la Deuda en la Globalización (en rebelion.org)
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