domingo, 29 de octubre de 2017

¿OPERACIÓN "REGENERACIÓN"?

A toro pasado cualquiera diría que aquel viejo tándem González/Guerra de dos mentes privilegiadas, privilegiadas para maquiavelismos en su peor sentido, fue quien diseñó de arriba abajo el gran sainete de la defenestración de Pedro Sánchez y su calurosa enardecida reposición por la militancia. Demasiado alicaídas estaban las bases del partido, frustradas una y otra vez por sucesivas traiciones de sus dirigentes cuando tocaron poder, sus continuos engaños de aquí os prometo aquí os la pego. Tenían que inventarse algo para que su gente recobrase ánimos, para que un nuevo líder de palabra vibrante y aparentemente virgen en tapujos, corruptelas y traiciones diera una imagen de regeneración. Y encontraron a un Pedro Sánchez que no se lo esperaban, es verdad, y por el que no habían apostado en la primera histórica elección en primarias del partido. Buen orador sobre generalidades y principios doctrinales, ¡cuántas veces no le aplaudí en el Congreso en aquel final de legislatura de 2015 sus vibrantes y rotundas críticas a aquel PP de mayoría absoluta!, mientras, eso sí, le decía en mis adentros “no te creo nada”. Buen orador sobre generalidades y principios, pero que cuando había que lidiar en temas de política concreta dejaba la faena en manos de sus subalternos, sobre todo en aquel Hernando por entonces su fiel peón: lo suyo no era la política concreta.
Llegaron las elecciones, accidentadas, en dos tandas, pero llegaron, y en manos estuvo de Pedro Sánchez, tras cada tanda, la posibilidad de llevar a la práctica lo que tanto había prometido, la expulsión del PP del Gobierno. Sólo que no con sus solas fuerzas, tenía que aliarse con Podemos, algo que no podía tolerar el maquiavélico viejo tándem: antes de nuevo un Gobierno de Rajoy que apoyarse en y dar alas al potente rival que le había surgido por la izquierda. Inexperto Sánchez en la lid política diaria, lo enredaron para intentar conciliar una alianza a tres, Ciudadanos-PSOE-Podemos, y para que acordase priorizar los acuerdos con el ala derecha del hipotético trío: así le forzaron a aquella chapuza de querer hacer firmar a Podemos algo previa y alevosamente pactado con Ciudadanos. Inviable, como bien sabía el viejo tándem. Aún parecía empeñarse Sánchez en oponerse a la investidura de Rajoy, lo que hubiera supuesto una tercera tanda electoral, y lo que llevaría al sibilino tándem a diseñar la operación defenestración-reelección/de/líder-reanimación/militante. ¡Y hete ahí un PSOE regenerado! Con un líder enardecedor de sus bases pero tan bisoño como crecido.
PSOE regenerado con un líder ya domado. Ya ha renunciado Sánchez a desbancar al PP, ya se ha sumado a Rajoy en el más rancio de los nacionalismos españoles, en la más ruin operación contra el Estado de las autonomías y el sentido de la democracia, ya se ha envainado la engañifa de su supuesta alternativa federalista. Cualquiera diría, sí, que fue una genial operación de aquel maquiavélico tándem. En cualquier caso, regeneración degenerada.
Bixente Serrano Izko, en Diario de Noticias

LA ARMADA NORTEAMERICANA

Armas para todos. Nadie sabe a ciencia cierta cuántas armas hay en los Estados Unidos. Las cifras van de 265 millones a más de 310 millones. Casi una por habitante. En realidad, cada vez menos personas tienen más armas per cápita. No sólo para defensa personal sino potentes armas automáticas.
En muchos estados adquirir un arma de cualquier calibre es más sencillo que comprar un antibiótico. Las normas varían según el estado, especialmente en relación con el rigor o la liviandad con que se hace el chequeo de antecedentes del posible comprador. Texas tiene la legislación más permisiva de los Estados Unidos en cuanto a armas se refiere: tenés dinero, tenés las armas que querés, grandes, chicas, semiautomáticas. En Tennessee podés llevar una pistola a un bar y nadie te dice nada, aunque mezclar alcohol con balas es mal consejo. En Texas también la podés llevar encima a toda hora, pero escondida en la ropa, no podés exhibirla. Se lo llama “open carry” y rige también en otros estados. En 2016 la legislatura texana aprobó una ley que autoriza a los alumnos de las universidades a llevar armas a clase, lo que erizó los pelos de los profesores, con razón. Muchos imaginaron lo peor: a un alumno descontento con una nota o con el contenido académico, descargando su arma contra otros alumnos o contra los profesores. 
Marina Ainzen, en Revista Anfibia