domingo, 9 de febrero de 2020

LA GRAN TAPADA DE LA VANGUARDIA VASCA

Con Isabel Baquedano (Mendabia, 1929-Madrid, 2018) sucede que no sirven las frases hechas. Mujer avanzada e independiente en una época en la que serlo no era fácil, situada en los márgenes del mundo más público del arte –museos, ferias…–, esta artista es la gran desconocida de la tan masculinizada vanguardia vasca del siglo XX, aunque fuese la gran apuesta de Oteiza para liderar la de Nafarroa. Descubrirla es encontrar a una artista volcada en una búsqueda artística propia y con una producción sorprendente, muy hacia dentro. Una creadora incluso, por qué no, a reivindicar.

Isabel Baquedano pintó toda su extensa vida, con versiones y nuevas versiones de sus obsesiones, y creó una extensa obra que ha estado o escondida en su estudio o en manos de un escogido grupo de coleccionistas particulares. Fue también una mujer independiente que rompió la norma social imperante al trabajar desde muy joven, que ni se casó ni tuvo hijos, y que vivió y plasmó el amor y el desamor de forma intensa, silenciosamente desgarradora. Pintora espiritual al final de su vida, vanguardista en la búsqueda y con una obra de madurez en la que exploró la religiosidad con un misticismo muy terrenal... esto y mucho más es Isabel Baquedano, una mujer prácticamente desconocida para el gran público hasta ahora, cuando la ha recuperado la retrospectiva titulada “De la belleza y lo sagrado” del Museo Bellas Artes de Bilbo, con la colaboración del Museo de Navarra y el Museo de la Universidad de Navarra.   (klik egin-ver más)
Amaia Ereñaga, en GARA