domingo, 6 de diciembre de 2020

TRIBULACIONES Y DESVENTURAS DE UN CAMARERO OCASIONAL

      Conseguí mi primer empleo a los 16 años, justo el día de mi cumpleaños. Iba caminando con un amigo mayor que yo y me dijo que ya podía trabajar. Me entusiasmó la idea y el hecho de tener mi propio dinero, así que sin perder ni un segundo, me acerqué a una atracción para niños que casualmente estaba a nuestro lado y le pregunté a la encargada del tiovivo si podía trabajar allí. La mujer me preguntó por mis estudios, le contesté que estaba empezando 4º de ESO y me respondió que le parecía bien pero que antes quería hablar con mis padres. Al día siguiente, conté la historia en casa y accedieron a hablar con aquella mujer. Así de sencillo fue conseguir mi primer empleo.

      Trabajaba casi todo el fin de semana: viernes por la tarde de 17:00 a 20:30, sábados por la mañana desde las 10:00 hasta las 14:00, el sábado por la tarde tenía el mismo horario del viernes y los domingos igual que los sábados. El horario estaba sujeto a cambios que se podían producir en cualquier momento. Por ejemplo, si comenzaba a llover de forma abundante tardábamos poco tiempo en cerrar porque dejaba de haber niños paseando en las calles para subirse al tiovivo. Eventualmente, también me llamaba para decirme que no era necesario que fuera a trabajar ese día porque acudiría en mi lugar otra persona. (klik egin-ver más)

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CARTA DE MILITARES A FELIPE VI: UN RÉGIMEN ENTRE LA REFORMA Y LA CONTRARREFORMA

        Las descalificaciones, insultos y llamamientos a un pronunciamiento que se expresan en esas cartas y whatsapps contra “el gobierno social-comunista, secundado por filoetarras e independentistas”, acompañadas de amenazas -como la de fusilar a 26 millones de españoles…-,no sólo reflejan una visión interesadamente distorsionada de la realidad política española, sino sobre todo la pervivencia de una cultura política reaccionaria en esta institución clave del Estado.

       Una institución cuyo mando supremo, no lo olvidemos, está en una monarquía que ha demostrado en más de una ocasión situarse por encima de los otros poderes del Estado. Por eso no cabe extrañarse de que los sucesivos manifiestos se hayan dirigido a Felipe VI y que éste siga sin responder públicamente a esas cartas golpistas, a diferencia de lo que hizo ante el referéndum celebrado en Catalunya el 1 de octubre de 2017. Habrá que darle toda la razón al gran periodista Alfredo Grimaldos, recientemente fallecido, cuando sostenía que “el franquismo no es una dictadura que finaliza con el dictador, sino una estructura de poder específica que integra a la nueva monarquía” (klik egin-ver más)

Jaime Pastor, politólogo (en Viento Sur)