domingo, 10 de septiembre de 2017

LAS OTRAS 10 MEDIAS VERDADES SOBRE EL PSIS DE SALESIANOS

1- Sostiene Asirón que el proyecto de Salesianos es una herencia de la etapa de UPN. Y como tal, está únicamente destinado a favorecer intereses privados a costa de levantar torres desmesuradas... 
Y nosotras añadimos  que, efectivamente, es una herencia envenenada de UPN, pero  el desaguisado no se produce precisamente a costa de levantar torres, sino a costa de meter 400 viviendas libres en 14.000 metros cuadrados, de cargarse la obligatoriedad legal de reserva de VPO, de poner 40 millones de dinero público y de dejar las plusvalías únicamente en beneficio del sector privado (los Salesianos y los promotores). Y todo este desaguisado tiene que ver con un determinado modelo de gestión y no con que se construya en horizontal o en vertical. Nos hemos centrado en discutir sobre ordenación arquitectónica y no vemos el veneno en el fondo de la herencia.  (klik egin-ver más)

Ana Ansa, Esther Cremaes, Juana García y Ana Vilches (miembros de Zabaltzen, asociación integrada en Geroa Bai)

INTENTAR LO NUNCA VISTO

Voy a intentarlo. ¿Cómo resumir para el lector de Diario de Noticias lo que está pasando ahora en Catalunya? El reto me atrae: al explicar a público no catalán este momento quizás acabé de comprender yo mismo una situación que tiene zonas tapadas por la polvareda.
Empecemos con cuatro hechos básicos. Primero: hasta el año 2010 y desde finales del XIX, el nacionalismo catalán ha sido mayoritariamente autonomista, tanto a izquierda como a derecha, con oscilaciones federalistas nunca correspondidas en Madrid. Segundo: el nuevo Estatut autonómico del 2006 (que buscaba resolver la financiación y definía Catalunya como nación) fue recortado y diluido por el TC a pesar de haber sido aprobado en referéndum oficial. Tercero: esta maniobra, a instancias del PP, puso en marcha una mutación en la mentalidad de amplios sectores de la sociedad catalana, que abrazaron la idea de la independencia como algo necesario y posible. Y cuarto: los partidarios de la secesión acertaron etiquetando la causa como “derecho a decidir”, poniendo más énfasis en la extensión de la democracia que en la identidad colectiva.
Estos días, estamos comprobando que Madrid no se tomó muy en serio el crecimiento espectacular del independentismo catalán, que en menos de cinco años ha pasado de porcentajes cercanos al 20% a un 48% en las últimas elecciones al Parlament, las del 27 de septiembre de 2015. Políticos y periodistas de la capital española han menospreciado y ridiculizado las multitudinarias y pacíficas manifestaciones soberanistas. Además, el gobierno de Rajoy no dio, a priori, importancia a la consulta participativa del 9 de noviembre de 2014, un ensayo de referéndum impulsado por el Govern de Artur Mas, en el que votaron más de 2.300.000 ciudadanos, un 80% de los cuales dijo sí a la independencia.  (klik egin-ver más)

Francesc-Marc Álvaro, columnista de La Vanguardia y profesor de periodismo de la Universitat Ramon Llull.  (en Diario de Noticias)