martes, 14 de enero de 2020

LOS EUSKARAFOBOS VUELVEN A ATACAR LA SEÑALIZACIÓN

Cuando ha pasado a penas un mes de la ultima agresión contra la señalización bilingüe de Olite/Erriberri, los letreros que anuncia en euskera el nombre de la localidad han vuelto a ser atacados este martes en una nueva muestra de vandalismo euskarafobo que se ceba de nuevo con los carteles situados a la entrada del municipio desde Tafalla.
Los agresores han aprovechado la intensa niebla que afecta estos días a la localidad y han vuelto a tapar con spray negro la palabra Erriberri, una actuación que, tras el ataque del pasado 7 de diciembre, neutralizaron vecinos y miembros del grupo el Grito de Olite / Erriberriko Oihua al limpiar la pintura con la que habían emborronado unos paneles que, ahora, vuelven a estar manchados.
La señalización bilingüe del municipio tiene más de un siglo y se remonta a los primeros mosaicos que la Diputación Foral colocó a la entrada de las localidades para facilitar el tráfico rodado.    
El Olitense

LOS SINDICATOS RESUCITAN

El 17 de noviembre de 2018, surgió en Francia un movimiento sin precedentes desde mayo de 1968. Cientos de miles de personas se movilizaron contra un aumento de la tasa al combustible anunciado por el gobierno de Emmanuel Macron. Si bien Francia ha sido históricamente un país de protesta, esta movilización apareció como algo innovador, inusual tanto en su composición sociológica como en sus modos de acción. Los manifestantes que vestían sus chalecos amarillos –que todos los automovilistas deben tener en el coche– venían de sectores populares poco acostumbrados a participar en movimientos sociales. Se podía encontrar desde trabajadores pobres a mujeres de clase trabajadora, pasando por jóvenes de entornos rurales.

Había una paradoja. Aunque los Chalecos Amarillos se centraron principalmente en cuestiones materiales  –a priori similares a las de los sindicatos– estos desconfiaban de las organizaciones sindicales tradicionales, o incluso las repudiaban. A pesar de la participación individual de muchos militantes sindicalistas en el movimiento, la relación no terminará nunca de cuajar.
Maxime Quijoux, Guillaume Gourgues (en CTXT)