viernes, 11 de enero de 2019

PAISAJE DESPUÉS DE LA BATALLA

Últimamente se está poniendo de moda entre algunas élites de la paleoizquierda (mejor podríamos decir de la Pakizquierda o izquierda de los puros) la bufonada de contraponer la imagen de Uxue Barkos con la su antecesora Yolanda Barcina, como si con poner cristal entre ambas imágenes, a manera de espejo, el resultado fuese que ambos personajes son reflejo una de otra.
También estos días parte de esa “intelligentsia” en Pamplona anda como pollo sin cabeza a causa de uno de los problemas más graves y urgentes que oprimen al pueblo trabajador y las clases populares en toda la Cuenca: el Gastroetxe Maravillas [ironia ON]. De Pamplona y su cuenca digo, porque fuera de estas mugas la práctica totalidad de los navarros observa indiferente sin entender los berenjenales en los que nos metemos en la capital. Que se la suda ampliamente vamos.
Lo último que se han sacado de la manga algunos de estos genios es contraponer el caso Euskal-Jai/Barcina con el Maravillas/Barkos. La astracanada y la mala baba son tan evidentes que ponerme aquí y ahora a explicar las diferencias entre el Gobierno del Régimen con el Cuatripartito del Cambio o el Ordeno-y-Mando anterior con las repetidas Ofertas-de-Negociación (sobre las que se sacaron la chorra y se mearon entre risas) me da una pereza inmensa. Así que ni lo voy a intentar.  (klik egin-ver más)
Guk Geuk

CHARLA DE ORIENTACIÓN MÉDICA PARA JÓVENES EN PUEYO SOBRE EL CONSUMO DE DROGAS

El colectivo juvenil Makotxa de Pueyo organiza para mañana sábado una charla de orientación médica para jóvenes en relación con el consumo de drogas. Actuarán de ponentes dos expertos en la materia, Javier Ruiz y Manuel Torralba. El acto comenzará a las 19:00 h en el Centro Social de Pueyo-Puiu.

RUTA DE ESCLAVOS

Un paseante le dijo que había encontrado  las ruinas de un caserío entre las zarzas, a diez minutos ladera arriba, en Jaizkibel. Mikel Salaberría le respondió que eso era imposible; él tiene 86 años, nació en la casa Martizkone de Lezo, conoce cada centímetro de este monte y allá arriba nunca vivió nadie. Cuando el paseante le explicó con detalle la situación de las ruinas, Salaberría cayó en la cuenta: "¡ah, no, aquello fue el campamento de los presos".

Entre la maleza quedaban restos de almacenes, establos, dormitorios de soldados y un par de largos barracones en los que se hacinaban hasta cuatrocientos presos en cada uno. Los recuperaron en 2016, cuando la asociación Etxetxo, de Lezo, despejó las ruinas y divulgó esta historia negra que casi nadie conocía. Salaberría, sí: él de niño veía pasar a aquellos republicanos obligados a construir la carretera de Jaizkibel, conducidos a golpes por los mandos franquistas, hundidos en el hambre, el frío y el agotamiento. Y veía a aquel cabo, más bajo que su mosquetón pero muy malo, ¡muy malo!, que mató de un tiro a un preso, en el camino. Si se fugaba uno, fusilaban a diez.

La carretera de Jaizkibel es absurda. Nadie la usa para ir rápido de un punto a otro, pero muchos vamos a pasearla: sube y baja por una montaña despoblada, apenas circulan coches, la panorámica impresiona. La construyeron por un criterio militar -querían un acceso al fuerte de Guadalupe desde el oeste- y porque disponían de miles de presos a los que castigar y reeducar en la obediencia. Es el mismo caso que Pikoketa, Arkale y Aritxulegi: son nuestras mejores carreteras para andar en bici, solitarias, serpenteantes, son las mejores carreteras porque las construyeron los esclavos. Les debemos, mínimo, la memoria.
Ander Izagirre, en El Diario Vasco