Los documentos elaborados por el anterior Gobierno de EE UU son manuales detallados del suplicio y de su autojustificación legal, moral y política. Sus eufemismos no pueden evitar el espanto que provoca leerlos.Los documentos relativos a las prácticas de tortura empleadas en las cárceles de la CIA que el Gobierno de Obama hizo públicos el pasado 16 de abril arrojan una nueva luz sobre esta cuestión: ¿cómo explicarse la facilidad con la que han aceptado la tortura y la han aplicado a sus prisioneros unas personas que actúan en nombre del Gobierno estadounidense?
Los documentos que se acaban de publicar no revelan los casos de tortura concretos: éstos son de sobra conocidos por todos los que en su día quisieron enterarse. Sin embargo, aportan abundante información sobre la forma en la que se llevaban a cabo las sesiones de tortura y sobre cómo la entendían los agentes que la practicaban. (klik egin-ver más)
Tzvetan Todorov (traducido para El País)


Ayer, 19 de julio, se cumplieron 30 años de la triunfal entrada de los sandinistas en Managua para poner fin a la tiranía de los gobiernos de la saga de los Somoza. Aquella revolución, una de nuestras últimas utopías, arrastró toda una oleada de solidaridad en la izquierda mundial. Solamente desde Navarra serían probablemente centenares los que en uno u otro momento se sumaron como cooperantes para recomponer las infraestructuras y la economía de un país azotado por la agresión armada financiada por Reagan. El sueño se acabó con la derrota electoral de 1990. Tras repetidas luchas intestinas y escisiones del sandinismo que alejaron del FSLN a dirigentes y militantes tan destacados como Ernesto Cardenal, Carlos Mejía Godoy o incluso Humberto Ortega, Daniel Ortega, denunciado por sus antiguos compañeros incluso de delitos económicos y sexuales, consiguió recuperar la presidencia del país, tras las elecciones de noviembre de 2006. Para muchos, con Daniel Ortega el sandinismo se ha diluido en caudillismo. Esta es la opinión, por ejemplo, de Mónica Baltodano, ex-comandante sandinista, que dirigió la insurrección en Managua y diputada actualmente por el Movimiento de Rescate del Sandinismo Carlos Fonseca. En este artículo, largo pero de extraordiario interés, hace un balance de la evolución del sandinismo hasta la actual coyuntura.
La publicidad manda consumir y la economía lo prohíbe. Las órdenes de consumo, obligatorias para todos pero imposibles para la mayoría, se traducen en invitaciones al delito. Las páginas policiales de los diarios enseñan más sobre contradicciones de nuestro tiempo que las páginas de información política y económica.