martes, 6 de abril de 2010

CARRILLO ABOGA POR UNA REFUNDACIÓN DE LA IZQUIERDA DISTINTA A LO QUE FUE EL PCE

El dirigente comunista Santiago Carrillo ha advertido hoy de que "el descrédito de la democracia crea el terreno para la dictadura" y que la generalización del fenómeno de la corrupción "contribuye a destruir las defensas de la democracia" y "lo que viene detrás, no es la izquierda es otra cosa".
En rueda de prensa para presentar su último libro, Los viejos camaradas, Carrillo (Gijón 1915) ha reconocido que, debido a los numerosos casos de corrupción en España, "la situación es muy grave en nuestro país".
Al comparar un periodista su buen estado de salud con la mala situación del PCE y de IU, ha dicho que el PCE está "en práctica desaparición" y que "el instrumento político" es IU.

ERRUDUN-IZENDATZAILE UGARI ORAINDIK ERE

Arbizuko kiroldegian ikusi dugu pintaketa hau. Aspalditxotik egina ziurrenik, bertan aipatzen direnetan bakarren batek denbora luzea baitarama NaBaitik kanpo. Orain agian ez lukete horrela idatziko, NaBairekiko estrategia piska bat aldatu dela dirudi. Baina jarritakoak hor darrai, denon bistan. Errudunak omen dira hiru horiek eta NaBaiko gainerakoak, noski. Eta ez zaie nolanahiko errua leporatzen gainera, Sakana suntsitzen ari dira, alajaina.
Politika bipolarraren ikuspegia. Alde batean errudunak, suntsitzaileak, traidoreak. Bestean beraiek, errudun-izendatzaileak. Ihesbiderik ez. Horrelako kode etikoa eta kultur politikoari atxekita daudenek beldurra ematen dute. Eta beldurra ematen duenarekin ez daiteke oso urrutira joan. Gogoz kontra ez bada.
Praxku

EL NAVARRO FALLECIDO POR ATROPELLO EN MARRUECOS TENÍA VINCULACIONES FAMILIARES CON MIRANDA DE ARGA

Iñaki Beunza, segundo por la izquierda en la foto del Diario de Navarra, murió junto a la eibarresa Marta Guenaga en la localidad turística marroquí de Essaouira, víctimas ambos del atropello de un conductor francés.
Iñaki, natural y vecino de Pamplona, trabajaba en una empresa agroalimentaria de Azagra y era hijo de la mirandesa María Jesús Gil Ciáurriz. Los padres, ya jubilados, alternan estancias en Pamplona y Miranda de Arga. Cuando finalicen los trámites y el cuerpo sea repatriado, se incinerarán los restos en Pamplona y el funeral se celebrará en Miranda.

VÍCTIMAS

Dejemos de lado a los navarros miembros de grupos armados muertos en enfrentamientos con la Policía, por explosión de sus propios artefactos y asesinados o "desaparecidos" por los GAL u otros grupos parapoliciales. Nos queda Miguel Iturbide, de 17 años, zugarramurdiarra, acribillado por la Guardia Civil en 1967. Javier Escalada, estudiante pamplonés fallecido en 1970 a consecuencia de las torturas recibidas en la comisaría de nuestra capital. Manuel Andueza, de Bera, muerto en un control también en 1970. Ricardo García y Aniano Jiménez, asesinados por la extrema derecha en Montejurra en 1976. Santiago Navas y José Javier Nuin, a quienes disparó mortalmente un guardia civil de paisano en Doneztebe. José Luis Cano, muerto en 1977 por la Policía Armada en la Bajada de Javier. Germán Rodríguez, abatido por la Policía en Pamplona durante los Sanfermines de 1978. Gladys del Estal, muerta en Tudela en 1979, en una manifestación contra el polígono de tiro de las Bardenas. Mikel Arregi, concejal de Lakuntza, acribillado el mismo año en un control. Mikel Zabaltza, de Orbaitzeta, detenido por la Guardia Civil en 1985 y que apareció muerto en Endarlatsa (Bera) con señales de haber sido torturado. Angel Berroeta, panadero, asesinado por un policía nacional y el hijo de éste, dentro del ambiente de histerismo propiciado por la derecha política y mediática -UPN incluido- en los días posteriores al atentado del 11-M en Madrid. Bastante más espacio necesitaría para glosar a aquellas personas a las que un porrazo o un pelotazo policial o un paso por comisaría o por la casa cuartel les truncó la vida. Todos ellos son víctimas de los que pasa la ley que aprobó el otro día el Parlamento foral. Es verdad que al mundo abertzale le queda mucho mea culpa por hacer por su insensibilidad ante todos los que han sufrido en sus carnes la violencia de ETA. Su frialdad, sin embargo, parece un dechado de solidaridad comparado con el despiadado desprecio que el constitucionalismo manifiesta hacia las víctimas inocentes del "otro lado". Aingeru Epaltza (Diario de Noticias)