miércoles, 11 de julio de 2018

CUARENTA AÑOS DEL ASESINATO DE JOSEBA BARANDIARAN EN LA CUESTA DE ALDAPETA

No habían transcurrido aún tres días desde la carga criminal de la Policía Nacional siguiendo las instrucciones ("no os importe matar") del comisario Rubio y del comandante Ávila, cuando la ola de ira e indignación desatada por el suceso de Sanfermines tropezó, en la mañana del 11 de julio de 1978, con un nuevo acto de represión homicida: Joseba Barandiaran, joven de Astigarraga de 19 años, cayó de un disparo en el corazón efectuado por un policía secreta en la cuesta donostiarra de Aldapeta. 
Nadie ha sido juzgado por aquellas muertes violentas e innecesarias. La Comisión Investigadora creada por las peñas se estrelló contra la negativa judicial a investigar y procesar a algún responsable de estos asesinatos. También en el Congreso de los diputados se topó con la posición del Gobierno de la UCD. “Lo nuestro son errores y lo de los demás, crímenes”, declaró Martín Villa, ministro del Interior, el mismo titular de la matanza de Vitoria. 
Cuarenta años después nada ha cambiado. Los esfuerzos de la juez argentina Servini chocan con los jueces españoles protectores de la impunidad franquista. Ni los crímenes del franquismo ni los de la transición han sido juzgados. Mantener la memoria viva para conocimiento de las posteriores generaciones es una cuestión de dignidad.

FALLECE SETIÉN, EL OBISPO QUE LLAMÓ AL DIÁLOGO ANTE EL CONFLICTO

Como diversas voces criticaron ayer, la figura de Setién fue vinculada en más de una ocasión con ETA, aunque desde el comienzo de su prelatura, el obispo avisó de que sus “acciones terroristas no pueden ser admitidas ni justificadas por la conciencia cristiana”.
Una posición que repitió en múltiples ocasiones, al tiempo que avisaba que también era el pastor de “ovejas descarriadas”. Una de ellas fue la homilía con la que, pocos meses después de ser designado titular de Donostia, denunció “la complacencia interna” ante la violencia terrorista.
Fue en 1980, el año en el que ETA, con más de 90 asesinados, más personas mató, cuando Setién se preguntó “con qué derecho se arroga cada uno la pretensión de hablar y actuar en nombre del pueblo, cuando no se respeta el derecho que tienen todos a expresar su propia voluntad fuera del clima del terror creado por amenazas de toda índole y que no respetan siquiera el derecho a la vida”.
Este posicionamiento contra la violencia de ETA -que extendió a otras acciones violentas como GAL, BVE, abusos policiales, torturas...- no fue óbice para que Setién subrayara el carácter político de las reclamaciones de parte de la sociedad vasca y le supusiera, como mínimo, ser criticado como “equidistante”  (klik egin-ver más)
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