lunes, 13 de octubre de 2008

ROMA LOCUTA, CAUSA FINITA ?


Milagros Rubio, concejala de Tudela por NaBai y portavoz de la Asamblea Antipolígono, suscribe con fecha de hoy un comunicado a propósito de los análisis presentados por la Junta de Bardenas ante el Parlamento Foral. Este posicionamiento cobra máxima actualidad tras las declaraciones de Gayarre en las que da como inevitable la prórroga del contrato de arrendamiento. Recordamos que Milagros estará presente el viernes próximo en Carcastillo en una charla-debate sobre la continuidad del polígono de tiro junto a Markos Pérez y Uxue Barkos.


"Puesto que militares, miembros de la junta, colectivos antipolígonos, y habitantes en torno a Bardenas respiramos el mismo aire y pisamos una mismo tierra, todos tenemos un interés común: que estén libres de contaminantes nocivos. Sin embargo, hay quienes tienen, además, otros intereses materiales añadidos en el polígono de tiro de las Bardenas: Defensa, los propios de su Ministerio; la Junta de Bardenas, los más de 4,1 millones de euros anuales que reciben de Defensa. El resto, los habitantes en general y entre ellos los colectivos antipolígono, tan sólo sufrimos la instalación militar. Esta cuestión diferenciadora, determina la posición sostenida respecto al “affaire” del uranio y, lo que es más importante, respecto al polígono de tiro, bombardeo y ametrallamiento de las Bardenas.

El asunto del uranio surgió tras un reportaje de la revista Interviú el año 2001, según el cual fuentes del Ministerio de Defensa habrían asegurado, aunque sin confirmación oficial, que “ahora no se puede saber si en el campo de tiro se usó munición perforante de Uranio Empobrecido puesto que en las solicitudes de ejercicio de tiro que llegan al mando aéreo los aliados no especifican el tipo de munición que se va a usar”. Interviú iba más lejos afirmando que dichas fuentes de Defensa sospechaban que este armamento, enriquecido con uranio, "ha sido probado en Bardenas" por ejércitos de la OTAN. Tras dicha publicación, ¿quién es el irresponsable y alarmista, quienes reclaman una investigación o la autoridad que durante años ni lleva a cabo los oportunos análisis ni permite que otros los lleven?

Todas las fuentes oficiales negaron, sin darnos pruebas, que se hubiese utilizado uranio. Curiosamente, tras varios años sin autorizársenos a llevar a cabo los pertinentes análisis, ahora se nos dice que el Ministerio los realizó en el 2005 sin publicarlos. ¿Qué pasa, por qué los realizó a la chita callando si estaba tan seguro de que en Bardenas no se había experimentado con uranio??? En cuanto a la Comunidad de Bardenas, llevan a cabo sus primeros análisis en el 2008, casualmente el año en que desean firmar un nuevo convenio con Defensa, induciendo a pensar que su máxima preocupación no es tanto la salud de la población, sino intentar buscar su tranquilidad para renovar unos suculentos ingresos. Así y todo, a falta de conocer por nosotros mismos el estudio, nos alegramos de su realización y resultado, ¡ya era hora! Lástima que no se aceptase que los análisis se llevaran a cabo con luz y taquígrafos, por un precio módico, nada menos que por el secretario científico del Comité Europeo para cuestiones radiactivas, Mr. Chris Busby, que los realizó en Kosovo e Irak, cuyo prestigioso CV puede consultarse fácilmente en Internet.

De cualquier forma, una vez analizados los restos radiactivos, Roma locuta, causa finita? Ni mucho menos. Los defensores del polígono de tiro suelen aducir que el medioambiente está mejor protegido en el recinto militar que fuera de él. Y se quedan tan anchos. Nos tratan como a pardillos, como si no fuese fácil comprender que es precisamente en el recinto de seguridad no utilizado por los militares ni por nadie donde habita la alondra Dupont, y que si no hubiese al lado un blanco de bombardeos, podrían habitar muchas otras especies hoy inexistentes. La Comunidad de Bardenas ha demostrado sobradamente que lo que más le desasosiega es el dinero que pueda o no recibir de Defensa; suponemos que, tras Egipto o Senegal, ya estarán preparando su siguiente viajecito para satisfacer sus inquietudes ecológicas. Pero, lo más lamentable e increíble, es que las propias autoridades navarras, tan forales ellas y tan preocupadas de que prevalezcan los intereses de Navarra sobre cualquier otra cuestión, participen de esa triste pasividad, y no investiguen y defiendan adecuadamente nuestra salud e intereses.

¿Para cuándo un seguimiento de todas las sustancias y armamentos experimentados en el polígono de tiro de las Bardenas y de sus afecciones a las personas, terreno, agua, aire, flora, fauna?, ¿para cuándo un estudio sobre desechos tóxicos, sustancias químicas, metales pesados?, ¿para cuándo un buen informe actualizado sobre incidencia de cáncer y enfermedades respiratorias en la población que circunda el polígono de tiro? No sirve una estadística general de unos cuantos años, ni sirve achacar al envejecimiento enfermedades como el cáncer. Las Bardenas llevan soportando 57 años de bombardeos, incluso con fuego real, como el día que se accidentó un F-18 y falleció un teniente coronel tras las maniobras nocturnas realizadas con fuego real, o como cada año en la realización de operaciones-tormenta con fuego real. En estas casi seis décadas, han pasado ejércitos de diversos países, primando durante años la presencia del norteamericano, en tiempos del franquismo y en los de la democracia. ¿Alguien se cree que a lo largo de estos 57 años nunca se hayan entrenado militarmente en Bardenas experimentado nuevas armas peligrosas para nuestra salud?, algo que de por sí suena obsceno cuando tan nocivo es en sí mismo un lugar de entrenamiento para las guerras, pero respecto a su incidencia en nuestra salud, ¿acaso las Bardenas son una ínsula dentro de los lugares de entrenamiento militar en el mundo? Sólo por hablar de algunos de los que se hallan en países occidentales, en Panamá y en la isla de Vieques de Puerto Rico, no piensan precisamente eso, por la peligrosidad de este tipo de instalaciones militares. ¿Qué pasa en Navarra que sí se aprueban mociones, pero que las autoridades no mueven un solo dedo para llevar a cabo estudios rigurosos de la relación entre la instalación militar y la salud de la población circundante? No es por casualidad que nadie quiera en su entorno un polígono de tiro. El auténtico fondo de la cuestión, es que mientras haya polígono de tiro en las Bardenas, seguiremos teniendo riesgo de que se experimenten en él desconocidas sustancias nocivas para nuestra salud.

El 31 de diciembre vence el actual convenio con Defensa y la Comunidad de Bardenas, con honrosas excepciones, se apresura a firmar uno nuevo, a ser posible con un ostentoso aumento de la renta percibida, tal y como explicaba sin ningún pudor su presidente en una entrevista recientemente televisada. UPN y PSN tienen especial responsabilidad en este asunto. Puede que para cuando la historia les pase factura, ya no les importe; o tal vez les llegue antes de lo que esperan. En cualquier caso, su irresponsabilidad y doble moral en esta materia, manifestándose de forma diferente según el color del gobierno español de turno, no alcanza límites. La indefensión en que nos encontramos parece hacer imposible el ansiado desmantelamiento al finalizar el actual convenio, pero quién sabe, como decía Carlyle, "todas las empresas nobles empiezan por ser imposibles."

Fdo: Milagros Rubio, Portavoz de la Asamblea Antipolígono
Tudela, 13 de octubre de 2008

AGOSTO DE 1957 EN LA CONCHA. CINCO MUERTES OLVIDADAS



José De Miguel, guardia municipal oriundo de Los Arcos, Manuela Rozado, Benito Amiano, Andresa Dolorea y José Ramón Rubial son los nombres de los cinco ciudadanos que murieron al anochecer del 19 de agosto de 1957 en la bahía de La Concha, cuando la motora que realizaba el trayecto entre la isla de Santa Clara y el muelle, fue embestida por el yate El Azor, en el que regresaba Franco de pescar en aguas próximas a Getaria. Pese a la gravedad del caso, un tupido velo se extendió para impedir conocer la verdad y el alcance de lo que allí ocurrió. La Voz de España y el Diario Vasco, los dos rotativos de la capital guipuzcoana dedicaban el mismo texto, con análogo título y reducido espacio en páginas interiores, falseando lo ocurrido y ocultando que Franco se encontraba a bordo en el momento del abordaje. Todo ello mientras a centenares de ciudadanos se les retenía presos durante la estancia del dictador en la ciudad, al igual que todos los años en aquella época. El historiador Iñaki Egaña tras ponerse en contacto con la hija de Benito Amiano, que reside actualmente en Logroño, ha reconstruído aquel trágico suceso, oculto a la memoria histórica donostiarra. Quien quiera consultar la crónica entera la encontrará tanto en la web de la asociación Ahaztuak, como en Gara de hoy 13 de octubre.

"Julia Amiano Munilla y sus hermanos Blanca y Benito, que aquel fatídico día tenían respectivamente 14, 10 y 2 años, han ofrecido su testimonio. El paso de tantos años no ha difuminado los detalles de lo ocurrido ni su interés en que se conozca la verdad.
Para Julia, todo comenzó con la llamada de urgencia de un vecino durante la noche del 19 al 20 de agosto. «Nos dijeron que había sido Franco, que venía de pescar de Getaria y que no vieron la barca [el Azor la partió en dos]. En la barca irían más de 30 personas, sobre todo familias con niños pequeños que volvían de pasar el día en la isla, en el último barco», prosigue Julia Amiano, con una mezcla de resignación y enfado. Según les dijeron, «Franco iba en el yate; lo primero que hicieron fue llevarle a Ayete y después volver a por los accidentados».
«En ese momento dijeron que podía ser un sabotaje, algo que no era muy lógico viendo que la barca estaba repleta de niños y familias. Sin pararse a pensar en la gente ni recoger a los heridos, llevaron a Franco a Ayete , y luego volvieron. Pero ya habían muerto ahogados cinco personas, entre ellos mi padre. Quizás, si por lo menos los hubieran rescatado inmediatamente, no habrían muerto tantas personas», lamenta.
El accidente no se pudo ocultar, lógicamente, por el lugar en el que se produjo y la cantidad de testigos que sobrevivieron, pero un mutismo derivado del miedo a posibles represalias se apoderó de la ciudad.
Los siguientes días fueron aún peores para la familia Amiano-Munilla. Desde el domingo 20 de agosto, tanto Julia como su madre se acercaban todas las noches al puerto en busca de noticias sobre su padre. Allí seguía la motora, partida en dos. Nada más. Pero en el acceso a la Bahía de la Concha, junto a la isla, desde el día del accidente aparecieron mucha boyas que acotaban una zona, con acceso vetado, en el que se podían ver a «hombres-rana», es decir, buzos.
A los dos días del accidente, el martes, se oficiaron los funerales por los cinco ahogados. «Pusieron cinco cajas fúnebres pero, claro, allí sólo se podía hacer el funeral de tres, porque el cuerpo de mi padre y el del guardia municipal, que era el guarda de la isla, aún no habían aparecido», explica Julia. Subraya que Franco no acudió al acto, aunque sí todo un elenco de autoridades que les dieron el pésame. Nada más.
Mientras, como en días anteriores, una noche sí y a la siguiente también, al puerto no llegaba ninguna noticia pero, gracias a algunos pescadores conocidos, los Amiano fueron informados de que los cuerpos sin vida de su padre y del guardia municipal estaban amarrados en el fondo del mar, en el lugar acotado por las boyas y los buzos.
«El sábado por la noche ya no vimos las boyas, y enseguida pensamos que ya los habrían sacado. Y así fue. Llamaron a casa de mi abuela para que fueran a reconocer el cadáver. Fueron mis tíos, sus hermanos, y volvieron enfermos de la impresión que les había causado, porque sólo pudieron identifi- carlo por los restos de la ropa. Los peces, durante tantos días, se habían comido todo: la cara, las extremidades...».
Tampoco les informaron del entierro de los dos cuerpos sin vida. Pero a primera hora de la mañana, previendo lo que luego ocurrió, se presentaron en el cementerio de Polloe. «Preguntamos al enterrador -su hermano Benito apunta que, casualidad, también eran familia por parte paterna- y él nos dijo que ya habían sido metidos en la fosa. En una fosa sin nombre ni nada. Nos la enseñó. Estaba abierta. Mira, tenía 14 años, pero nunca se me olvidará aquello. No se podía parar del mal olor que había, por la descomposición de los cuerpos por tantos días que pasaron sumergidos en la mar».
Los familiares de José de Miguel Martínez, originario de Los Arcos, se hicieron cargo del cadáver y lo trasladaron a la localidad navarra. La familia Amiano-Munilla, sin embargo, no pudo costear los gastos y colocaron una lápida con una pequeña leyenda. A posteriori recibieron 5.000 pesetas de la época en concepto de «donativo del Caudillo». Una minucia teniendo en cuenta que la viuda de Amiano tenía tres bocas que alimentar. Y hasta hoy. El silencio se impuso en aquel periodo que Jaime Mayor Oreja ha definido como «de extraordinaria placidez».

V FESTIVAL KOPONROCK EN LARRAGA




Después del paréntesis del año pasado en el que no se pudo llevar a cabo, la asociación juvenil augotestionada La Pikota, tras buscar mediante campeonatos de mus, pelota, futbito..fuentes de financiación durante todo el año, vuelve a organizar en el frontón ragués, uno de los de mayor capacidad de todo Navarra, el ya célebre festival Koponrock, que celebra su quinta edición. En las anteriores asistieron grupos tan conocidos como Barricada, Kaótico, Manolo Kabezabolo, Su ta Gar, Lehendakaris Muertos, Poncho K.... y el cartel de este año mantiene el nivel. En la primera semana de mayo grupos noveles de la zona se dieron cita en el pre-Koponrock, lo que además de promoción les sirvió para acceder a los mejor clasificados para el concierto grande.

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