miércoles, 21 de octubre de 2020

EL ROBLE DE SAN CRISTÓBAL, PASADO Y PRESENTE DE UN ÁRBOL ATEMPORAL

     Desde hace al menos un siglo el casco urbano tafallés ha mostrado una tendencia creciente. La intensidad no ha sido constante, pero los límites urbanísticos de la ciudad han absorbido zonas que no hace mucho eran campo. Las ciudades aplastan todo vestigio natural a su paso. Pero hubo un tiempo en el que quienes venían por el camino real procedentes de Pamplona no encontraban polígonos ni superficies comerciales a modo de bienvenida. Hubo un tiempo en que los robles crecían en los márgenes de los caminos, y saludaban a los caminantes que entraban en la ciudad del Cidacos. Uno de aquéllos viejos árboles todavía resiste. Aunque a duras penas. Hace unos días una de sus ramas se desprendió mientras a sus pies varias personas esperaban al autobús. Fue un toque de atención por su parte, una llamada a todos para que no lo pasáramos por alto.

         Se trata del roble de San Cristóbal, el último vestigio de una vieja arboleda que se prolongaba desde el actual San Cristóbal hasta la fuente Rekarte a través de la actual calle Baja Navarra y la calle conocida como “del Instituto”. Sabemos, además, que durante buena parte de la Edad Media Tafalla y Olite estaban unidos por un inmenso robledal. Entre el siglo XV y XVI se convocaron partidas y auzolanes para eliminar determinadas especies que plagaban la arboleda: ciervos, venados y lobos, entre otras.

          El roble de San Cristóbal fue ubicado en su lugar actual por el caminero Elías Zubiri en 1920. A él se debe que este ejemplar de 15 metros de alto y un diámetro de 2,70 metros siga acogiendo a los visitantes de nuestra ciudad procedentes del norte. Se trata de un roble pedunculado (Querqus x. rosácea Bechst), la misma raza de roble que el árbol de Gernika, bajo el que los señores de Vizcaya, en origen, y los lehendakaris actualmente, juraban respetar los fueros vascos. El componente simbólico es, así pues, evidente. Es nuestra versión del árbol que representa la identidad y las tradiciones, así como los derechos, del pueblo vasco.

          Su sobrenombre le viene dado por la primera estación de servicio moderna creada en la ciudad: la estación de San Cristóbal, formada el 5 de mayo de 1949 fruto de la sociedad Artieda – Ainzúa. Frente a ella, el asilo de San Manuel y San Severino, y entre medio la carretera. Precisamente debido al tránsito constante de vehículos, en 1979 el Ayuntamiento tomó una serie de medidas de protección para integrarlo en la acera, y evitar así el roce continuo de los coches.

         Pero, al parecer no ha sido suficiente. El Ayuntamiento colocó hace un tiempo una placa junto a él para que los paseantes fueran capaces de conocer su historia al pasar a su lado. Sin embargo, la curiosidad de las personas no basta para mantener firme y sano a un ejemplar tan especial. Por antiguo, pero también por simbólico, debería ser el ímpetu de todos como el agua que regara sus raíces. La rama que nos arrojó el otro día solo pretendía captar nuestra atención. Sería interesante dársela.

Javier Zabalza, en La Voz de la Merindad

IÑAKI SAGREDO PRESENTA UN MAPA CON 252 FORTIFICACIONES DEL REINO DE NAVARRA


 Presentamos este mes de noviembre el mapa donde se incluyen las 252 fortificaciones que defendieron el reino desde el siglo XI hasta el siglo XVI. Es una edición renovada, con la inclusión de castillos y tenencias que remarcan aún más los esfuerzos por defender el territorio.

Los límites del reino de Pamplona-Navarra alcanzaron las actuales comarcas de Cantabria, Castilla y León, Rioja, Soria, Aragón hasta Alto Pallars, límite con Cataluña y el río Garona por el norte.
Las sucesivas conquistas del territorio, desde el año 1054 hasta 1620, fueron reduciendo la extensión del reino hasta la actual Navarra, hoy comunidad apenas diferenciada salvo por unos fueros cada vez más acotados.
En el límite occidental de este mapa aún son perceptibles los límites gracias a una toponimia donde se muestra la existencia de pueblos vascones, con las poblaciones de Báscones de Ojeda, Báscones de Zamanzas, Báscones de Ebro, Bascondillos de Tozo y Báscones de Valdivia, en torno a una fortificación referencia en la defensa del territorio: Amaya, limitando casi con Cantabria; mientras que en la parte oriental las regiones de Huesca, Sobrarbe y Ribagorza conservan los castillos-tenencias del reino de Pamplona, destacando Loarre, como castillo mandado construir por el rey de Pamplona Sancho III.
Al sur, la toponimia del Valdezcaray muestra un uskara roncalés, como el topónimo Kukula, o cima, en lugares tan importantes como San Millán de la Kukulam (San Millán de la Cogolla), donde se encuentra el primer testimonio escrito en euskera, o en la cima Kukula, hoy monte San Lorenzo. Las toponimias antiguas referidas a los ríos también son perceptibles en el mismo valle y bajo la misma lengua. Valle de Valdezkaray o valle de Ezka-Eska. Lo mismo que Huesca, posible variante de Ueska-Ezka.
La toponimia y las tenencias-fortalezas se mezclan dando de si una historia que rebasa los primeros documentos y refleja esas primeras demarcaciones de nuestro territorio.
Estos castillos, algunos tenencias, los hemos estudiado uno a uno y presentados en la colección Navarra. Castillos que defendieron el reino (editorial Pamiela). No sólo nos muestran los testigos físicos de nuestra historia sino también representan lo que fuimos y no debemos olvidar.
Iñaki Sagredo Garde.

LA VALDORBA PREPARA SU AGENDA LOCAL 21


              La Valdorba está trabajando con sus agentes sociales y sus habitantes para diseñar su propia Agenda Local 21. Una hoja de ruta que permita conseguir un futuro más sostenible en el aspecto ambiental, social y económico. La iniciativa se desarrolla a través de la Mancomunidad de Mairaga con el apoyo técnico del Consorcio de la Zona Media.

                   Un trabajo en dos fases que ahora está desarrollando el diagnóstico de situación. Para ello se han realizado entrevistas a personas clave del territorio y se ha elaborado un test de preguntas on line al que se invita a responder a toda la población, señala Esther Capellán, técnica del Consorcio de la Zona Media, "pedimos datos poblacionales, de recursos de la zona, de la vivienda, de la igualdad y la desigualdad que hay en este territorio, cómo es nuestro sector productivo, datos objetivos que están enmarcados en los 10 ejes de desarrollo local de la Agenda Urbana Española". A partir de ahí, a mediados de noviembre, se pondrá en común el diagnóstico para entrar en la segunda fase y definir el plan de acción que tiene que estar listo en mayo de 2021.

SER Tafalla