viernes, 22 de enero de 2021

MUY DURO

 
                           Lo sencillo sería mostrar mi repulsa a la medida tomada por Salud en relación a cerrar los interiores de los bares por tercera vez. Me bastaría con ponerme en el lugar de Oksana, Jorge, Alfredo, Richard, Agustín, Maite, Marisa, Fiorenzo, Fernando, Antxon, el bueno de Luis en Jarauta y decenas y decenas más de amigos y conocidos con pequeños negocios de hostelería y que seguro que hacen y han hecho todo lo que se les ha pedido para que sus lugares de trabajo sean seguros. Repulsa por no argumentar dichos cierres con datos fehacientes, por volverles locos cada equis semanas, por no hacer distinciones, por todo el daño que se genera. Pero no sé si de esa manera estaría siendo justo con la situación, al menos viendo lo que ocurrió con los contagios en noviembre y hasta el 28 de diciembre, ni si solo está equivocado el Gobierno de Navarra y no decenas de países y lugares que toman idéntica decisión y miles de expertos en el asunto que certifican que los lugares cerrados –sin mascarilla aunque sea en momentos puntuales– multiplican por bastante el riesgo de contagio. Para mi lo sencillo sería eso, dar cera, y hacer como Navarra Suma, que es capaz de criticar en octubre que se vaya tarde con las restricciones y luego subirse al carro de la hostelería cuando llegan las restricciones. Ojalá fuera tan fácil como para esta oposición, parte de la cual la encabezan aquellos que por 4 putos duros de ahorro daban de comer a los hospitalizados navarros mierda recalentada de una empresa de catering. Una de las responsables de aquello es la máxima autoridad sanitaria parlamentaria de la oposición y epidemióloga cum laude. Cosas veredes. Que pase pronto. Y que se atiendan las ayudas y las indemnizaciones a toda esta buena gente –no confundo los miembros individuales con las organizaciones– a las que se les impide trabajar. No tienen culpa alguna y eso es innegociable. Ánimo a todos.

Jorge Nagore, en Diario de Noticias

TRANSFORMISMO A LA ITALIANA

 
                       Ya se sabe que en Italia las crisis políticas no son una excepción. Hace un año y medio, desde la playa del Papeete, pinchando música y tomando mojitos, Matteo Salvini abrió la que se tachó de la crisis más “loca” de la historia republicana. Después de solo 14 meses de gobierno junto al Movimiento 5 Estrellas (M5E), el líder liguista abogó por los “plenos poderes” y puso fin al primer ejecutivo nacional-populista de Europa occidental: tenía claro que se convocarían nuevas elecciones en las que podría capitalizar el consenso creciente –la Liga obtuvo el 34% de los votos en las europeas de 2019– y gobernar con una mayoría absoluta, junto a Giorgia Meloni y Silvio Berlusconi. Sin embargo, al líder ultraderechista el tiro le salió por la culata y acabó en la oposición, tras la formación de la inesperada alianza entre los grillini y el Partido Democrático (PD), enemigos jurados hasta la semana anterior. Según todas las reconstrucciones, el deus ex machina de ese giro inesperado fue Matteo Renzi. (klik egin-ver más)
 Steven Forti, en CTXT

LA ZONA BÁSICA DE PERALTA SE QUEDA SIN PEDIATRA

       La zona básica de Peralta, con 14.000 habitantes, tiene dos plazas de pediatra pero hace tiempo que solo una atiende a la población infantil de Peralta, Marcilla, Falces y Funes. Un problema que ahora se agrava porque a final de mes esta profesional deja el puesto y de momento Salud no garantiza que se pueda cubrir. Los Ayuntamientos reivindican incentivos, como apunta el alcalde de Peralta, Juan Carlos Castillo, "yo entiendo que la pediatra ha sacado plaza en otro sitio y se marcha, pero si no somos capaces de compensar o de hacer más atractivo que  alguien salga de su casa para trabajar a 60 u 80 kilómetros de distancia, evidentemente sucederá lo que está sucediendo".

      Una crítica que Castillo dirige a los políticos "esto pasa porque desde el Parlamento se articulen medidas para compensar este déficit y el Gobierno también sea receptivo y plantee medidas porque no me vale que los partidos políticios empiecen a criticar la situación y luego a la hora de regular en el Parlamento  y de poner soluciones nos pongamos de perfil".

    El problema de falta de atractivo es común en las zonas rurales, donde es habitual una alta rotación incluso de los médicos de familia.

Agencias