lunes, 15 de julio de 2019

UN PERIODISTA FIEL A SUS IDEAS, UN LUCHADOR INCANSABLE

El periodista Mariano Ferrer falleció ayer a los 79 años de edad. Su carrera siempre estuvo vinculada al periodismo comprometido. El donostiarra se formó en el seminario sacerdotal, aunque después se trasladó a Madrid para estudiar periodismo, y más tarde amplió su formación en Estados Unidos, en Chicago.
A su vuelta trabajó en Radio Popular en Donostia como subdirector, época en la que el Gobierno franquista impedía la emisión de las noticias que consideraba inadecuadas. Dado que era la única emisora que tenía permiso de emisión, y con ganas de saltar por encima de la censura, Ferrer creó una fórmula (el popular programa “El kiosco de la Rosi”), para dar difusión a otros medios leyendo los titulares de los periódicos, aunque a menudo se le prohibieran también esas lecturas. Por plantarle cara a la dictadura se convirtió en un referente de la libertad de expresión radiofónica en Euskal Herria. “El kiosco de la Rosi” se emitió durante 30 años.
Marisol Belastegi, en GARA

LO QUE EL RÍO SE LLEVÓ

Otra vez. Arrasadora como en el 35, como en el 43, como en el 78. En los intermedios, riadas menores. No solo se llevan los ultramarinos de los comercios, (antes de América, ahora de China), los talleres artesanos, los coches, los puentes, las paredes, los invernaderos, las tierras de pantraer, las huertas mimadas durante generaciones. Las riadas se llevan también buena parte de la ilusión de la gente: comercios que no volverán a abrir;hortelanos que dejarán de plantar;jubilados forzados.
En montañas de barro, expuestos de manera impúdica, vimos carretadas de recuerdos familiares, juguetes de la infancia, álbumes de fotos, colecciones inimaginables, baúles llenos de antiguas ilusiones. “¡Tiradlo todo!” gritaba una afectada, con timbre jotero. Alguien le convenció de guardar al menos un paquete con pinta de tarta de chocolate, de cartas de su novio, porque el papel bien encuadernado nunca se moja ni se quema del todo.  (klik egin-ver más)
Jose Mari Esparza Zabalegi, en Diario de Noticias

PORTUGAL: TANTO QUE APRENDER DEL VECINO IGNORADO

Hay un país en Europa que ha revertido los recortes, que ha mejorado las pensiones, que ha logrado que los libros de texto sean gratuitos, que ha bajado las tasas universitarias y los precios del transporte público. Es un lugar donde el paro se ha reducido del 14% al 6,5%, y eso ha ocurrido al mismo tiempo que se subía el salario mínimo. Es un Estado que ha logrado cuadrar las cuentas públicas y rebajar el déficit, pero lo ha hecho aumentando los impuestos a los más ricos, en vez de pasar la factura a los de siempre. Es una nación donde las cosas se han hecho de otra manera, y esa manera ha funcionado.
Ese país no queda nada lejos. Se llama Portugal y, para muchos españoles, es un gran desconocido: el más próximo cultural y geográficamente, el más lejano en el debate público. Allí, en la casa de ese vecino al que ignoramos, cuando no lo miramos por encima del hombro, un Gobierno de izquierdas ha demostrado a toda Europa que otra política es posible, que las recetas neoliberales no son la única forma de cumplir con el rigor presupuestario, que también se puede crear riqueza desde la justicia social, que nunca fue imposible, por mucho que repitieran lo contrario. Allí, en Portugal, la socialdemocracia, la nueva izquierda y el comunismo han logrado pactar un Gobierno y superar sus desencuentros históricos: los mismos odios que en España también se dan entre las distintas familias progresistas, cuya lista de rencores y agravios contrasta con la probada capacidad que siempre tienen las derechas para ponerse de acuerdo entre ellas. En los últimos meses, ese acuerdo de la izquierda portuguesa se ha agrietado y ha entrado en una crisis. También en esto su experiencia nos puede servir como enseñanza.
Ignacio Escolar, en eldiario.es