jueves, 20 de junio de 2019

POLÍTICOS CONTRA EL DIÁLOGO

El/ la política que se niega a hablar con otr@ polític@ debiera ser despedid@. Es como si un barrendero se negara a limpiar una calle porque le da el sol en los ojos a la mañana o un médico a atender a un paciente de una enfermedad venérea por habérselo cogido follando. Si el/la política esta ahí, es por votos, como la calle por un arquitecto o una enfermedad por hábitos de vida. Qué cojones le importara al político, el barrendero o el médico. Si hay curro, se curra. Y ya. Lo demás, no lo puedo explicar más que por gente que se inhibe de sus funciones, y eso, debiera ser motivo de despido. Cuanto hay que aprender todavía en este cortijo colonizau!
Julia Itoiz, en su página de Facebook

PODEMOS COMPARTÍA LA IDEA DE EXCLUIR A EH BILDU

Los dos parlamentarios de Podemos decidieron votar en blanco en la última de las votaciones, donde se decidía si EH Bildu entraba o no en la Mesa. Sus votos eran irrelevantes, puesto que entre Geroa Bai, EH Bildu e Izquierda-Ezkerra tenían suficientes. Pero el gesto es de calado, pues hacía pública la postura que habían mantenido en las negociaciones a puerta cerrada, donde llegaron a proponerse ellos para ocupar ese puesto dejando fuera a EH Bildu.
En las explicaciones que realizó Eduardo Santos, secretario general de los morados, dio por bueno el marco excluyente que impone el PSN. «No se trata de castigar a nadie. EH Bildu no está en esas negociaciones porque quien lidera esas negociaciones de las que, presumiblemente, puede salir un acuerdo de Gobierno es el PSN. Ahí están las fuerzas que son y tienen esos 23 escaños y son las que deberían tener esa mayoría en la Mesa», explicó tras el pleno.
La postura de Podemos contrasta con la mantenida por Marisa de Simón (I-E), que se alineó de forma clara con las tesis de Geroa Bai de que la implicación de EH Bildu resulta necesaria. Así, en los días previos al Pleno, cuando se cerraba la puerta y comenzaban las discusiones, había dos posturas. En un lado, el PSN y Podemos apostaban por la exclusión de EH Bildu. En el otro, Geroa Bai e I-E apostaban por una Mesa plural que allanara un Gobierno que piense más en 30 escaños que en 23.
Aritz Intxusta, en GARA

EL HOMBRE QUE CONSIGUIÓ LOS 30 VOTOS

Hualde sabe de leyes y de Marvel. Le gustan los cómics y los bestsellers de leer y tirar, como los de John Grisham o Noah Gordon. Tiene dos hermanas menores. Su abuelo fue a la cárcel tras el golpe de 1936 y, en líneas generales, viene de una familia de Altsasu común y corriente.
Como le tiraba la Historia pero esos estudios no tenían mucha salida, se fue a aprender Derecho a Deusto. Completó sus estudios yéndose por lo Administrativo y el lado Penal quedó para las novelitas de Grisham.
De aspecto afable, es cercano, reflexivo y paciente, mucho. De esos que si se les pasa un autobús, se sientan para esperar al siguiente. Y eso, negociando, equivale a tablas. Si no quiere contar algo, no se le arranca ni con tenazas, pero no tiene ese aire de tío inescrutable de su antecesor al frente del Napar Buru Batzar (NBB) Manu Ayerdi.
Ya por terminar los prolegómenos, caben tres pinceladas rápidas: tiene una motillo de 125 cc de carretera, le gustan las series de televisión, y su entorno está algo molesto con él porque no termina de ver Juego de Tronos y no quiere que le cuenten el final. Así de paciente es.
El nuevo presidente del Parlamento navarro afilió al PNV en el verano de 1999, durante la tregua que siguió a Lizarra-Garazi, con Udalbiltza y todo eso. Lo recuerda como una etapa «muy ilusionante». Empezó en política en el Ayuntamiento de Altsasu en una lista de independientes que daba cabida al PNV. Entró como concejal en 2003, con la izquierda abertzale ilegalizada. Entonces, la lista más votada había sido el PSN, pero el apoyo de estos independientes volcó el Ayuntamiento en favor de Aralar. Se convirtió así en teniente de alcalde de Asun Fernández de Garaialde.
Aritz Intxusta, en GARA