domingo, 20 de enero de 2019

LA RUINA DE CAJASOL, CLAVE EN EL TRISTE FINAL DE CAJANAVARRA

Caja Navarra y Cajasol unieron sus destinos en noviembre de 2010, cuando la segunda se incorporó a Banca Cívica. Siete meses después el nuevo grupo se veía obligado a salir a Bolsa para captar capital y apenas 15 meses más tarde era adquirido por CaixaBank a precio de saldo, incapaz de continuar en solitario. El socio sevillano no solo no había aportado solvencia a una entidad ya más débil de lo deseable: había traspasado a las otras tres cajas un balance repleto de créditos incobrables y pérdidas latentes, una plantilla sobredimensionada e ineficiente y sorpresas desagradables, consecuencia de una gestión deficiente, que irían estallando con el paso de los meses. Más de 2.600 millones de euros en pérdidas que hacían prácticamente inviable la fusión (klik egin-ver más)
Juan Ángel Monreal, en Diario de Noticias

ENRIQUE RUANO NO SE TIRÓ, LO MATARON

Enrique Ruano era estudiante de derecho, militaba en el que fué Frente de Liberación Popular, tenía 21 años, joven, muy joven, comprometido con la justicia social, la libertad y la democracia. Solo 21 años y no pudo envejecer, no pudo conocer la transición que ahora algunos desprecian, no pudo conocer las importantes movilizaciones de la clase trabajadora que hizo posible la democracia, no pudo conocer el desarrollo y crecimiento de las CCOO, no pudo llorar y quizás, quizás, no pudo ser un sobreviviente  de la matanza de Atocha, como lo fué su entonces compañera Lola Ruiz.
No pudo, lo asesinaron, sólo tenía 21 años, pero al régimen, y eso sí era un régimen, le importaba muy poco la edad en un año 1969 que comenzó en un ambiente políticamente muy convulso, en un contexto internacional marcado por el Mayo del 68. Con huelgas de obreros y estudiantes contra el régimen franquista,y que, llevaron al gobierno franquista a decretar el estado de excepción, que suspendía garantías y establecía una censura de prensa aún más estricta de la ya existente, y  que duró hasta el 24 de marzo.    (klik egin-ver más)
Xavier Navarro, en Nueva Tribuna

ROZALEJO: UN INÚTIL PULSO POLÍTICO INTERESADO

La historia se repite. Un grupo de jóvenes volvió ayer a entrar ayer en el Palacio del Marqués de Rozalejo, pese a que sus accesos habían sido sellados, tras una manifestación que recorrió las calles de Pamplona en protesta por el desalojo del colectivo de okupas que desde hace dos años lo gestionaba como gaztetxe Maravillas. Dos encapuchados descolgaron desde el interior del edificio una pancarta con el lema Gaztetxerik gabe bakerik ez. Maravillas herriarentzat (Sin gaztetxe no hay paz. Maravillas para el pueblo) ante los aplausos de las cientos de personas que esperaban abajo, tras ser avisadas de que el edificio había vuelto a ser okupado, al término de una manifestación. La marcha, en la que tanto los organizadores como la Policía Nacional coincidieron en calcular que han participado entre 4.000 y 5.000 personas, escenificó en realidad un pulso inútil con miras cortas que atañe además grandes riesgos para el cambio de fondo por el que está transitando Navarra durante esta legislatura. Es sabido que Rozalejo tiene un destino de uso público para albergar el Instituto de la Memoria y la okupación de este inmueble, a no ser que busque una mera confrontación, tiene el tiempo contado por su propia inercia. El Gobierno ha antepuesto la seguridad y ha evitado hasta ahora en lo posible la actuación policial en defensa de los intereses del barrio, de la mayoría de vecinos, comerciantes y hosteleros que están sufriendo los efectos colaterales de esta dinámica de otros tiempos. La perspectiva histórica evidencia que el tiempo de ese gaztetxe, como de otros antes, está próxima a su fin. Realmente ni es un proyecto de barrio ni de sociedad y ha derivado en una excusa de pulso político directo contra la presidenta Barkos que también ha afectado al propio alcalde Asiron, que muestra su preocupación por la situación creada en la entrevista que hoy publicamos. Sin olvidar que no se deberían repetir maniobras que impliquen a muchos jóvenes y menores con consecuencias penales inevitables, de nuevo hay que recordar que el cambio es un modelo de sociedad que salvaguarda los intereses generales y está muy por encima de algaradas dirigidas por intereses políticos minoritarios y residuales. Modulando los medios, el fin del Gobierno es la recuperación de un bien común para toda la ciudadanía de Iruña y toda la sociedad navarra.
Editorial del Diario de Noticias