El geógrafo francés Franz Schrader censó entre 1880 y 1894 los glaciares del Pirineo. Si hoy volviera a recorrer la cordillera, sólo reconocería la silueta de las cimas. Desde su estudio, los glaciares de la vertiente española han perdido un 88% de su extensión (de 1.779 hectáreas a sólo 206 en 2008), según un informe del Ministerio de Medio Ambiente que incluye datos de todos los glaciares del país. El aumento de la temperatura y el descenso de las lluvias han sentenciado de muerte a las lenguas de hielo pirenaicas que, de seguir a este ritmo, desaparecerán completamente a mitad de siglo.
(klik egin-ver más) Rafael Méndez (El País)
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