Portilla, una de las entradas occidentales del Reino de Navarra, fue una villa-fortaleza que luchó contra la morisma, y una vez que ésta fue desplazada al sur del cercano Ebro, continuó protegiendo al viejo reino pirenaico hasta que en 1199 fue tomada por los castellanos.
Las primeras referencias son de 1040 pero por las excavaciones se ha sabido que el lugar fue ocupado ya al comienzo de la Edad de Hierro. Hasta tal punto tuvo importancia este castillo que es el que figura en el escudo de Araba.
Hasta Portilla se puede subir en media hora caminando desde Santa Cruz del Fierro, aldea perteneciente al municipio de Zambrana. Y tres cuartos de hora más son suficientes para llegar por un empinado cortafuegos a la cumbre de Txulato, excelente mirador para contemplar la atractiva silueta del Toloño.
Las primeras referencias son de 1040 pero por las excavaciones se ha sabido que el lugar fue ocupado ya al comienzo de la Edad de Hierro. Hasta tal punto tuvo importancia este castillo que es el que figura en el escudo de Araba.
Hasta Portilla se puede subir en media hora caminando desde Santa Cruz del Fierro, aldea perteneciente al municipio de Zambrana. Y tres cuartos de hora más son suficientes para llegar por un empinado cortafuegos a la cumbre de Txulato, excelente mirador para contemplar la atractiva silueta del Toloño.
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