¿Fue un fracaso la huelga del 14
de noviembre convocada por CCOO, UGT y otros sindicatos y colectivos
sociales? Pues depende de las expectativas que tuvieran sus precursores y
de la valoración de quien no la convocó o no la secundó. Y es que la
división y confrontación sindical actual en Vascongadas y Navarra,
-donde la situación es diferente- entre sindicatos nacionalistas y españolistas
o constitucionalistas, es algo que desde hace años arrastra a las
clases trabajadoras y a la población a un plebiscito interior y privado
por encima de decisiones o necesidades colectivas. Y esto refuerza la
enorme fragmentación y tensión a que se somete a la clase trabajadora y a
la sociedad en su conjunto. Donde cada huelga se convierte en un acto
de fe privado más que el necesario lance colectivo. (klik egin-ver más)
Paco Roda, en Diario de Noticias
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