Nada descubro cuando afirmo que estamos delante de una genuina estafa.
En su versión más reciente, esa estafa se vincula estrechamente con la
palabra deuda. Aunque nuestros gobernantes parecen empeñados en subrayar
que arrastramos un grave problema de deuda contraída por las diferentes
administraciones públicas, la realidad es muy diferente: hasta hace
bien poco más de las cuatro quintas partes de la deuda española
correspondía a agentes privados, entre los cuales despuntaban con
claridad inmorales entidades financieras. Sólo una pequeña fracción de
la deuda privada había sido contraída, entre tanto, por las unidades
familiares. (klik egin-ver más)
Carlos Taibo, en Nuevo Desorden
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