La reforma laboral aprobada en febrero de 2012 por el gobierno del PP hace la número 52 desde la aprobación del Estatuto de los Trabajadores. Esta y anteriores reformas se han justificado con la idea de que la elevada tasa de desempleo española se explica por la existencia de "rigideces institucionales" en el mercado de trabajo. Este argumento, repetido por políticos y economistas, obvia que las razones del desempleo obedecen a factores estructurales y cíclicos (un 55% de la caída de los ocupados entre 2007 y 2011 procedió la construcción). Los análisis empíricos prueban que, a escala estatal e internacional, existe una relación estrecha entre la estructura productiva y el paro, pero no entre este último y los "factores institucionales" (convenios colectivos, protección al empleo y al desempleo). (klik egin-ver más)
J.Rodríguez y B.Medialdea (en Diagonal)
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