martes, 1 de abril de 2014

COMO UN LIMÓN

Mirando las cosas desde un punto de vista optimista, el hecho de que Barcina haya decidido continuar con este gobierno de zombis hasta mayo de 2015 tiene su parte estimulante. Cómo de horrible sería, para UPN en general y para ella misma en particular, la fotografía que mostraban las encuestas electorales que han llegado estos días a su despacho, para que prefiriera afrontar este largo año de agonía. Qué descalabro le auguraban, para apostarlo todo a esa mejoría económica que proclaman el PP y sus palmeros, pero que no acaba de ser percibida por el bolsillo o las perspectivas laborales de la mayoría. Sin contar con la posibilidad, en absoluto desechable, de que estos 14 meses sean tan pródigos en escándalos como los últimos 3 años. En Navarra, las alfombras del Régimen tapan todavía mucha basura y puede que esto no haya hecho más que empezar. Lo que tiene claro Barcina es cuáles son sus prioridades para este tiempo que le queda. ¿La educación? ¿La sanidad? ¿Los servicios públicos? Ni por el forro. Serán el Canal de Navarra y el Tren de Alta Velocidad los que, ella misma lo dijo ayer, acaparen los desvelos de nuestra presidenta. O sea, dos obras archimillonarias, de más que exigua rentabilidad social, concebidas en los tiempos en que éramos ricos y que van a llevarse a cabo, caiga quien caiga, cuando, bordeando la bancarrota, pagamos los excesos cometidos por los mismos que siguen mandando. Se dice pronto: solo el tramo del canal que el Gobierno adjudicó la semana pasada a sus antiguos compinches de la Caja nos va a costar 600 millones de euros a los contribuyentes de la Comunidad Foral. Acabar de exprimir a Navarra como un limón parece ser el único programa que le queda a este gobierno y a su presidenta, antes de que se marchen para siempre. Esta gente no nos va a dejar ni la raspa de la sardina.
Aingeru Epaltza, en Diario de Noticias

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